Podríamos decir que uno de cada dos argentinos gusta de hacer teatro, dice el director Rubén Monreal, uno de los referentes del teatro independiente en La Plata y organizador del primer festival internacional Invierno en Escena, que convoca dos compañías de teatro itinerante de Chile y otra de Portugal, dedicadas a la experimentación y a la investigación sobre el lenguaje escénico. Consciente del amor por el teatro del público argentino, el director instala esta nueva propuesta de cruce de miradas artísticas de la región.
Los espectáculos se presentan desde el viernes pasado en la Sala 420, un espacio teatral que funciona en La Plata desde 1988. Durante los años que tenemos de actividad han venido muchas compañías extranjeras, de Noruega, España, Brasil, México, Chile, Portugal; nos han visitado Eugenio Barba, Julia Varley, entre otros reconocidos representantes del escenario teatral mundial. Por lo que ya es una tradición, para nuestra querida sala, organizar encuentros con grupos de teatro del exterior, cuenta Monreal.
Las tres compañías internacionales que se presentan son: de Chile Tryo Teatro Banda, con el espectáculo Parlamento y Ñeque Teatral, con la obra Ningún Pájaro Canta por Cantar, mientras que desde Portugal la compañía Do Chapito presenta sus versiones de dos tragedias griegas: Edipo y Electra.
Uno de los puntos que destaca Monreal en la selección de las obras es la calidad artística de los grupos y su calidad de artistas itinerantes: En mis vueltas por la vida he visto muchas obras de teatro en países foráneos. Hay grupos que me han impresionado profundamente por la calidad y el rigor con que encaran la tarea artística. Entre ellos están el Tryo Teatro Banda (de Chile), que realmente en su estilo juglaresco dan una lección de lo que el teatro debe ser, en mi humilde opinión. Me encanta que defiendan a los pueblos originarios. Tanto Pancho Sánchez (director de Tryo Teatro Banda) como Pablo Obreque (director de la compañía Ñeque Teatral) permanentemente están defendiendo la cultura mapuche y las obras de ambas compañías son de una inusual calidad. Por otro lado, la Companhia Do Chapitô de Portugal debe ser una de las dos o tres mejores compañías del mundo que permanentemente hacen versiones propias de los clásicos. Realmente, si uno quiere ir al teatro, termina en los griegos de hace 2000 años. Ellos van a los griegos y hacen Electra, hacen Edipo y lo hacen de una manera sumamente convincente. Son sobrios y muy extremadamente talentosos. «
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