Los rubios (Albertina Carri, 2003)

Con los juicios a los represores totalmente interrumpidos -que garantizaban la completa impunidad-, hijos e hijas de desaparecidos salen a decir su sentir de la mejor forma que encuentran. Carri lo hace a través de una bella furia cinematográfica para poner en evidencia la complicidad social de la que gozó el Golpe de Estado y su plan represivo. Con recursos narrativos tan novedosos como disruptivos, Carri muestra cómo ella, sus hermanos y sus padres son “delatados” por su aspecto físico, que denota una procedencia social (que los vecinos asocian a sus ideas políticas) que no condice con el del barrio: la vida en clandestinidad a la que la llevan sus padres -finalmente desaparecidos- es imposible. Carri y sus hermanos son Los rubios del título que desentonan en el relieve del paisaje. Una revulsiva reflexión sobre esos años y lo que de ellos se cuenta.


Sinfonía para Ana (Ernesto Ardito, Virna Molina, 2017)

Su nombre se lo debe al libro original en el que se basa, de Gaby Meik, de 2004, psicóloga que contó en esa novela histórica la historia de su adolescencia en el Nacional Buenos Aires hasta que su familia decidió exiliarse en Barcelona unos días después del golpe de 1976. Gaby en la película y en el libro es Isa, la más amiga Ana, que es quien relata la historia. La película surge a partir de que la menor de las hijas de los directores (también son pareja) recibió el libro de parte de una profesora, a la misma edad que tenía Ana: 15 años. Al ver la conmoción de su hija, terminan leyéndolo, y deciden hacer la película. La historia va desde la entrada de Ana al Nacional a los 13 en 1974, hasta su desaparición a los 15 en 1976. Y lo que se ve es una chica viviendo ese momento, no una ya grande que recuerda cómo fue ese momento. La película consigue reproducir ese gran acierto del libro. Y se convierte, también, en una de las tantas versiones de cómo funciona la memoria.


Teatro de guerra (Lola Arias, 2018)

Proyecto conjunto de película y obra de teatro, Teatro de guerra nace de Campo minado, la pieza de teatro documental en los que Airas junta a seis ex combatientes de Malvinas, tres argentinos y tres ingleses, y los hace convivir y recrear episodios de la guerra que compartieron a través del enfrentamiento armado. Tema recurrente en la obra de Arias, Malvinas es su territorio (emocional e histórico) para hablar de su generación (nacida durante la dictadura) y del país que la hizo posible.


La casa de Argüello (Valentina Llorens, 2018)

Un extraordinario documental que intenta poner en orden algunas cosas -y en el proceso desordena otras que estaban ordenadas- en la historia de la familia Llorens, a través de sus protagonistas mujeres. Nacida en la cárcel mientras su madre estaba presa por razones políticas en 1975, Valentina comienza entrevistando a su abuela y “madre” de chica, la Madre de Plaza de Mayo Nelly Ruiz de Llorens, que murió en 2018. Nelly -que cantaba bellamente- es el primer eslabón al que recurre Valentina para hablar de cómo era y qué sucedió con La casa de Argüello, la vivienda en la que, hasta ese tiempo en el que ella aparecía al mundo, los Llorens comieron, durmieron, discutieron de política y disfrutaron de inolvidables veladas de canto y afecto. El film consigue recorrer lugares que el paso de la dictadura volvió comunes: la implosión del mundo, confundir las creencias al punto de desconfiar de toda y cualquiera, con una naturalidad al decir y reconocer esa tragedia que consigue transmitir la dimensión de la fabulosa transformación sociocultural que operó la dictadura.

Bernarda es la patria (Diego Schipani, 2020)

Con guión escrito y producido por Albertina Carri y Diego Schipani, y dirección de Schipani (su primer largo documental) y el protagónico de Willy Lemos junto a Fernando Noy, Ariel Farace y Verónica Llinás, la película recrea el surgimiento del mundo LGBT (aún no tenía el resto de las letras) en el under porteño, y prácticamente en plena dictadura. Definida por sus realizadores como “un paisaje onírico de memorias, como ritual de aplomo, como arquitectura de generaciones de cuerpos en movimiento, de personajes con enaguas, vestidos, pelucas y purpurina”, a través de la figura de Willy Lemos el documental rescata a los que años antes del regreso de la democracia le pusieron cuerpo, espíritu y alma a un movimiento que se convirtió en un espacio de resistencia que sólo se valoró con el tiempo.


Bonus track:

Este 24 de marzo a las 21 en el cine Gaumont y el 28 a las 13.30 en el Museo de Arte Español Enrique Larreta, se estrena en el Bafici Se va a acabar, el documental de David Blaustein (Cazadores de Utopías, Botín de guerra, Hacer Patria y Fragmentos rebelados) y Andrés Cedrón (La Caracas) sobre a resistencia gremial y sindical a la dictadura cívico militar. Un trabajo arqueológico sobre cientos de focos de resistencia más allá de los más conocidos, como el paro de 1979.