Vivió tan solo unos treinta y cuatro años pero ese poco tiempo le alcanzó para transformarse en uno de los íconos del jazz. Su saxo alto, casi una marca imposible de no ser referenciada con su persona, transformó a Charlie “Bird” Parker en una figura que resuena con fuerza en esta fecha, momento en el que cumpliría 100 años.
Responsable directo del bebop, una variante del jazz que con el tiempo se haría cada vez más grande, lo de Parker en el terreno de la música fue inicialmente sinuoso y difícil. Nacido el 29 de agosto de 1920 en Kansas, abandonó su escuela secundaria para dedicarse a la música en 1935. Sus intenciones eran tocar todo el tiempo un saxofón que había recibido de regalo y no parar hasta llegar a Nueva York, algo que consiguió tres años más tarde en 1939 cuando con 18 años cautivó a los dueños de los principales clubes de jazz con un estilo que salía de todo lo conocido. A partir de ahí fue conocido como “Bird”, un apodo que ya tenía desde chico pero que se convirtió en su segundo nombre.
De ahí en más llegaría un reconocimiento que iría de menor a mayor. Fue junto a Dizzie Gillespie que desarrollaría el bebop, el subgénero que formatearía las cosas para que no fuesen nunca más como antes. Junto a él, Earl Hines y Billie Eckestine formaron un grupo que sería la insignia del género y que marcaría a fuego ala escena del jazz de su tiempo y posteriores. En 1947 cuando llegó al Carneggie Hall -teniendo en su banda nada más ni nada menos que a Miles Davis- un espacio reservado para muy pocos en Nueva York, tuvo a todo el arco del mundo de la música literalmente a sus pies. Durante esos años le dio forma a composiciones como “Ornithology”, “Koko”, “Blue Bird” o “Parker’s Mood», todos tracks que con el tiempo se transformarían en standards de la música en general.
Su talento era notorio, diferente y personal, pero también lo era su adicción a las drogas, donde la heroína ocupaba un lugar especial. Su adicción partió por un accidente automovilístico que tuvo en la adolescencia cuando le recetaron morfina para calmar sus dolores. Cuando conoció a la heroína no hubo vuelta atrás y eso lo llevó también a su música. Fue famoso por retrasar sesiones de grabación al quedarse en los baños alimentando su consumo, y cuando todo el ambiente del jazz supo de su tendencia, muchos lo entendieron pero otros le dieron la espalda.
Cuando su reputación quedó en baja comenzó a faltar a sesiones de grabación y presentaciones sin previo aviso. Para alimentar su consumo de opiáceos hasta llegó a no pagarle a sus músicos, lo que terminó generando que elBirdland (el mítico jazz club de Nueva York) lo despidiese y lograse una prohibición en todo el estado para que no pudiese tocar durante más de un año.
Célebre por sus incendiarios shows, también lo fue por la cantidad de groupies que lo esperaban al final de cada concierto. Se casó tres veces y tuvo dos hijos (Baird Parker y Pree Parker) pero los historiadores adjudican a la muerte prematura de Pree el final de su vida. La niña tenía dos años cuando murió en 1954 por consecuencia de una severa neumonía, generando un estado de depresión que aceleró episodios cada vez más frecuentes con el alcohol. En 1954 tuvo dos intentos de suicidio motivado por ataques de esquizofrenia que lo llevaron directamente a una institución mental de la que no fue el mismo al salir.
Débil, con cirrosis y neumonía,Charlie Parker falleció de un ataque al corazón el 12 de marzo de 1955 a los 34 años en su amada Nueva York. Su corta vida no le impidió ser considerado hasta estos días como uno de los músicos más notables, versátiles y diferentes del mundo del jazz. Considerado por millones como el mejor saxofonista de la historia, su legado e influencia fue tal que su sonido es palpable en otros notables como John Coltrane u Ornette Coleman entre varios otros.
Convertido en todo un mito, su vida fuetomada por Julio Cortazar, quien se inspiró en Parker para su celebérrimo cuento El Perseguidor, de 1959. Años más tarde en 1988, el recuerdo del saxofonista fue llevado al cine por Clint Eastwood con Bird, un film con protagónico de Forest Whitaker. La películaganó un Globo de Oro e introdujo al músico a toda una nueva generación que descubrió el sonido de Parker a finales de los años ochenta y posibilitó que su música siguiese reeditándose.Por estos días el Museo Americano del Jazz, en Kansas, lo celebra con una con una extensa exposición hasta finales de año, lo mismo que el Lincoln Center en Nueva York lo recuerda con una serie de conciertos virtuales durante 10 días que se llevarán a cabo durante este semana.