El próximo viernes 19 en el Auditorio Nacional Centro Cultural Kirchner, la Orquesta Nacional de Música Argentina Juan Filiberto presenta Rock entre dictaduras, 1973 – 1976, un repertorio curado por Juan “Pollo” Raffo que llevará a la audiencia por las sensaciones y sentires de los adolescentes y jóvenes de aquel tiempo. “La orquesta de bandera”, como la define la cantante Celsa Mel Gowland, una de las creadoras de la legendaria Metrópolis (con Richard Coleman, Isabel de Sebastián y Ulises Butrón) en los ’80, será parte del recital junto con Isabel De Sebastián y Rubén Goldin. Allí recorrerán temas compuestos por Charly García, Invisible, Rinaldo Raffanelli, Emilio Del Guercio, Aquelarre, Norberto “Pappo” Napolitano, Mirtha Defilpo, Litto Nebbia, Roque Narvaja, Liliana Lagardé, David Lebón y Luis Alberto Spinetta, entre otros.
“Esto tiene que ver con toda la actividad que se está desarrollando con debates sobre democracia e imaginación”, cuenta Mel Gowland sobre un proyecto que llama la atención, especialmente, por la especificidad del período histórico que abarca. “Fue un momento muy, muy especial. Yo tenía 14 años en el ‘73, estaba entrando en el secundario. Y ese ‘73 en nuestro recuerdo figura como aquella Primavera Camporista, esa vuelta a la democracia con parte del pueblo argentino esperanzado en la vuelta de Perón. Y los compositores de muchos géneros, no solamente del rock, volcados a una temática revolucionaria más o menos explícita en las letras, y con un impulso de libertad muy importante. Ese año, también, por circunscribirlo a mi propia vida, recuerdo haber entrado en el colegio secundario. Éramos 35 compañeros en el aula, y de esos 35 sólo terminamos 15 en el ‘77.” Lo dice con un tono que devela la pena por la tragedia, que en su caso sucedió en el Nacional 9 de Flores, pero no se detiene ni con rencor ni con lamento: spinetteana como es, probablemente jamás diga que el pasado fue mejor.
“Para mí fue muy importante haber luchado para que el Día Nacional del Músico sea el cumpleaños de Luis Alberto. Y la música de esos años representa un modo de ser y estar en la vida creativa: sin concesiones, sin premeditación, sin pensar en el éxito comercial, que así fue como se componían en aquella época”. A esta Bióloga de estudios y música de profesión (en sus últimos años de universidad, sus compañeros la convencieron de que probara con la música) fue el sonido de Aquelarre (“lo iba a ver al Pueyrredón de Flores”) lo primero que la movilizó en esos tiempos.
-¿Con qué asociás primero a la música de esos años entre dictaduras?
-Con la sensación de libertad absoluta a la hora de crear, que fue lo que nos dejó Luis Alberto, por ejemplo. En esos años hubo un modo de componer y crear sin concesiones temas larguísimos con muchas partes, que justamente por eso se pueden adaptar a este formato orquestal. Una música compleja, progresiva, dada la gran progresión de acordes. Y ver también, con una sonrisa, que los temas solistas que nos tocaron a Isabel y a mí, están compuestos por una mujer, cosa que no fue valorada en ese momento. La sensación corporal es la sensación de la libertad.
Su primera experiencia musical con Miguel Zavaleta, además de Suéter incluyó también Inquilinato (“una banda muy de aquella época, muy teatral”), que fue el puntapié para Metrópolis. “Es un placer volver a cantar con Isabel después de tantos años. Estuve invitada a algunos de sus discos y presentaciones, pero no volvimos a hacer nada juntas, como cuanto tuvimos un grupo vocal muy loco -después de Metrópolis-, que se llamaba Las Meninges: hacíamos fragmentos de ópera completamente deformes en el Cemento de los ‘80; una propuesta así artística completamente punk”.
Una emoción apretando por dentro
-¿Hay alguna canción de ese tiempo que te cueste cantar?
–Los Dinosaurios, de Charly -dice luego de casi estallar en una carcajada algo nerviosa-. Cuando el Ministerio de Educación (era ministro Sileoni) hizo Música y Memoria, se hicieron las canciones prohibidas en dictadura. Y la canción de Charly es muy difícil de cantar desde lo emocional.
Orgullosa primera vicepresidenta del Instituto Nacional de la Música (Inamu), cuya gestión posibilitó la ley de cupo de mujeres en festivales y difusión musical, ahora Mel Gowland trabaja en el Observatorio de la música, “generando datos sobre nuestra actividad musical, que necesitamos después para hacer políticas públicas. Datos socioeconómicos, laborales, todo lo que es estadística sobre la actividad musical, para saber en cada rincón de nuestro país cómo se desarrolla la actividad musical y cuáles son las prioridades que tiene”. Así que se puede decir que ella hace carne eso de “no nos han vencido” que se canta en manifestaciones políticas populares.
“El 24 de marzo del 1976 nuestro rector fue reemplazado por un sargento que se paró en el aula y dijo: las mujeres de un lado, los varones del otro, y una fila de bancos libres en el medio; hasta hubo preceptores desaparecidos. Fue durísimo. Nadie está preparado para el horror. Y veníamos del Rodrigazo. Mi viejo se fundió en el Rodrigazo. Y cuando vos estás en el sobrevivir, estás ocupado por cómo le vas a dar de comer a tus hijos; la gente se puede interesar en la política, pero cuando la gente está muy preocupada la podés convencer de cualquier cosa. Fue una dictadura cívico militar porque tuvo el apoyo de mucha de la civilidad. Por eso digo que a mí me salvó la música. Yo no milité políticamente, y la música rápidamente me tomó la vida”.
Rock Entre Dictaduras: 1973 – 1976
Un concierto de la Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto. Co ls actuaciones de los solistas Celsa Mel Gowland, Isabel De Sebastián y Rubén Goldin. Curaduría, arreglos y orquestaciones: Juan “Pollo” Raffo. Directora: Laura Cmet. Viernes 19 de mayo en el Auditorio Nacional del Centro Cultural Kirchner. Entrada gratuita previa reserva de entradas. Más información en https://www.cck.gob.ar/events/la-orquesta-nacional-de-musica-argentina-presenta-rock-entre-dictaduras-1973-1976/