El próximo 4 de agosto Carla Pantanali estrena La citadina en formato acústico, el disco que armó en plena pandemia y ya estrenó con batería y percusión, y en el que una dúctil fusión entre la música urbana y el folklore más clásico de la Argentina la compositora y cantante encontró su pulso. “Me crié y crecí escuchando rock nacional, pero un poco más grande se me soltó la oreja al folklore nuestro: me encanta viajar al interior del país, me gusta mucho la raíz, el ritmo distinto a la ciudad, y en todo eso se filtra la música”, intenta una explicación sobre por qué en su música se mixtura de una manera original la ciudad y el campo (argentino).
“Estudiar al Cuchi Leguizamón, analizarlo, para mí fue una escuela -profundiza-, me empezó a formatear como música. Y tiene que ver con que me siento una persona que va a otro ritmo, que busca parar un cambio, la sutileza, algo más autóctono. Mi forma de destilar folklore en mis canciones es ir al ritmo crudo, puro. De pronto estás escuchando ‘La citadina’ (el tema) y viene el tres cuartos de la zamba.”
Pese a tanto estudio y preparación, Pantanali no se lanzaba. Como tantas cosas lindas en esta vida, hizo falta la aparición de un momento feo y triste para dar el paso. “No es una idea que saco de la galera. Todo lo que había estudiado y había compuesto se maceraba pero nunca se concretaba. Y bueno, en ese momento de freno total, de restricción, arranca ese viaje profundo que trae vuelta la decisión de, finalmente, concretar un disco con 7, 8 temas, con uno en homenaje a Charly García. Y ahí está.”
Estudiante de la carrera de folklore en la UNA (Universidad Nacional de las Artes) en instrumentos criollos, Pantanali encontró en el Cuchi Leguizamón su modo de familiarizarse con sonidos y formas de composición a los que creía que de otra manera no llegaría. “Me gusta indagar, entender qué pasa en la composición y el Cuchi siempre fue un referente. El ritmo folklórico puesto en las melodías, en melodías muy amplias, muy lindas para cantar con tensiones, saliéndose de la escala, metiendo ahí sonidos distintos. Quise que todo eso forme parte de mí como música de alguna forma.”
“Siempre hay que estudiar -remarca-, es la mejor forma de entender por dónde va la música. Y después a partir de ahí poder soltar y empezar a hacer con esas herramientas: hay un momento en el que tenés que arremangarte y, con lo que tenés, hacer.” Y lo que hizo fue, entre otras cosas, la música para la película de su abuelo Luis Sandrini: “Haber sido interpelada para hacer esa música me obligó a poner en práctica todo lo que había estudiado. Y eso me mostró cuánto sabía, no por saber en cantidad, sino por poder hacer uso de eso y darle un sello, una singularidad.”
Esa singularidad en el caso de Pantanali incluye un arte de tapa distintivo para La citadina. “Es en la cúpula de la iglesia Santa Rosa de Lima, ahí en Belgrano y Pasco, a más de 65 metros de altura. Es de Nino Salgado la foto, y me fotografió y filmó con un dron. La idea era mostrar el vínculo con la ciudad. Siento que quiero hablarle al pulso de una ciudad. Y en ese sentido estoy yo ahí, en lo alto, cantando mi cancioncita, pero siento que es una canción que puede llegar, puede vibrar. Habla más de la trascendencia que le quisiera dar al mensaje que de mí misma.”
Además de la presentación, agosto será un mes de homenajes para su familia. El 10 en el Gaumont y en espacios INCAA de todo el país se realizará un postergado homenaje a su abuelo Luis Sandrini, proyectando nuevamente en pantalla grande películas como La danza de la fortuna, con Olinda Bozán; y El profesor hippie, además del documental Sandrini, realizado por la madre de Carla e hija de Luis, Sandra Sandrini -actriz, guionista y directora-, para el cual Carla compuso la música original y grabó la locución, mientras su hermana Roberta Vadino hizo las animaciones y el montaje de la película.
“Siempre me dieron mucha fuerza y bagaje quienes me precedieron. Pero es recién ahora que termino de pararme en mi música y de arrancar esta rueda que es un proyecto de vida -pienso sacar más discos-, me termino de sentir, termino de entender cuál es mi lugar en esa constelación de artistas. Siendo actriz algo me faltaba una parte mía muy importante. Siento un gran orgullo de formar parte del clan que forjaron Luis Sandrini y Malvina Pastorino. Ahora que me paro como música estoy todavía mas feliz”.
Pantanali asegura que toda su experiencia como actriz en teatro, cine y televisión poco le aporta -por no decir nada- a la hora de subir al escenario y cantar. “El rito, el ritual del momento de cantar, de abrirse con un canal para otros que quieren escuchar y están ahí y quieren armar con vos eso es distinto. Es otro intercambio. La música tiene en sí misma una textura que cuando se pone ahí en el aire y se comparte es muy especial lo que sucede. Llego a lugares de despliegue personal y de apertura, un canal creativo que no he sentido como actriz: soy yo fluyendo, es un mensaje con el que me identifico. Cuando estás actuando le estás dando tus emociones a un personaje. En este caso poder abrirme y que salga algo que me identifica y crear ese espacio en conjunto con el público es muy especial.”
La Citadina
Disponible en Spotify. Presentación: viernes 4 de agosto a las 21 en Café Vinilo, Estados Unidos 2483.