De pibe quería ser camionero y, de no ser actor, lo sería. Martín Campi Campilongo lo tiene claro. Por eso, a su naturaleza de laburante se le sumó la creatividad y terminó donde está: tras un largo recorrido que fue del teatro under a la televisión y el cine, llegó este año al prime time de Telefe con un innovador formato de 15 minutos llamado NotiCampi (lunes a viernes a las 21:15 por Telefe), una parodia a los noticieros. Además los viernes y sábados a las 22, en Multiteatro (Corrientes 1283) Campi se presenta con su unipersonal donde despliega su universo de personajes propios, todos inspirados en su Parque Patricios natal.
Soy un tipo normal que labura de esto. No soy más ni menos que nadie, no me creo distinto. Si hay alguien que se pone en ese lugar me da risa o me da pena. Eso de necesitar Perrier para poder entrar en personaje o sentirte más importante que otro es de pobre pibe; eso es inseguridad. Todos las tenemos, pero la verdad, yo con que me aplaudan me conformo, dice Campi con simpleza mientras se maquilla rodeado de orejas, bigotes, narices, dientes y demás detalles que él mismo arma.
¿Tu mayor virtud es la observación para ponerles detalles a tus personajes?
Eso me quedó de la caricatura. Cuando volvió la democracia y empezaron a circular pasquines por los subtes yo dibujaba caricaturas. Y ahora, antes de hacer un personaje lo dibujo, le pongo sombra acá o allá. Luego, la hoja en blanco es mi cara. Y después sí, veo qué es lo más cómico que tienen.
Tu estilo es vertiginoso para hacer humor, la salida rápida, la gastada, pero demostraste tener personalidad para otros papeles el inspector en Masterplan, o el militar en la película de Estela de Carlotto ¿por qué elegís hacer humor?
-Creo que empecé a hacer humor para levantar minas y no tener que pagar más (risas). Estudié cinco años teatro clásico con Agustín Alezzo y estuve algunos años más con Carlos Gandolfo, y después con Ricardo Bartis. No quiero ser un mal ejemplo pero la verdad es que no pedían el título secundario para actuar (risas). Estudié un año Diseño Gráfico en la UBA, pero me pedían el título y no pude bicicletearla más. Me faltaba una materia y el teatro me encontró. Y después me sale cagarme de risa y, bueno, por ahí fui. Me sale natural.
El formato de los diez minutos existía en el mundo pero en la Argentina es una novedad, ¿cómo se te ocurrió?
Se le ocurrió a Martín Kweller. Yo le fui con la idea de un noticiero, con todos mis personajes y nos mandamos al piloto. Tomás Yankelevich terminó de moldear al personaje central, al periodista, y así salió.
¿El talento es innato o hay fuerza de laburo?
Las dos cosas, al menos en mí. Soy muy cuidadoso de que no me crezca el niño que tengo adentro porque ahí sí que perdí. Laburo de lo que me gusta. Yo lo haría gratis. Mi trabajo es jugar y, cuando no estoy haciendo nada, me pongo a hacer narices de goma o armar pelucas. Soy un adicto al laburo. El lugar donde uno está parado es el resultado de las elecciones que uno hizo.
¿Estamos viviendo cambios también dentro de nuestro humor?
Hay un cambio de cabeza. Cada vez hay menos chistes homofóbicos, está mal visto reírte de la gorda, está mal visto reírte del negro o que la mina sirva para cocinar y nada más. Siempre hay un emergente en el arte, sobre todo en el humor y en la música.
¿Por qué?
Los dos vienen del hueso de quien lo hace. Es algo que, si no es genuino, no sirve. Son los indicadores más reales que hay de lo que pasa en una sociedad.
Voz de una mascota
En las últimas semanas, Campi estuvo en México poniendo su voz para La vida secreta de tus mascotas, un film de los mismos realizadores de Mi villano favorito y Minions, que se estrena el jueves.
La película relata cómo es la vida de las mascotas cada vez que los dueños no están en casa y Campi fue el elegido para decir las líneas del protagonista de la animación.
«De hecho, el año que viene voy a grabar la segunda parte, estos tipos que saben de números ya tienen claro que va a ser un éxito así estoy contento», afirma. Además cuenta que va a personificar a Tangalanga y hará una gira con su obra de teatro. Quizá sigue el programa pero mucho en la televisión no se puede planificar con antelación, admite el actor.