La cineasta argentina presentó por fuera de la competencia oficial a su nuevo film, Zama. En una nutrida conferencia de prensa afirmó: “Cada vez es más difícil hacer cine que no sea en inglés” Y no lo digo porque no me gusta el idioma, que al contrario me parece bellísimo, o el cine que se hace en los países anglófonos, donde a lo mucho que tiene de bueno se agrega muchísimo malo que monopoliza nuestras pantallas” sostuvo la directora que por primera vez es invitada al festival de Venecia.

“Cuando empecé a buscar financiadores para el film, en noviembre del 2012, todos me preguntaban si iba a estar hablado en inglés y estoy segura que de haberlo hecho no hubiera tardado tanto en terminarlo” aseguró Martel.

En ese contexto, afirmó no entender por qué los periodistas piensan que un cineasta debe hacer una película todos los años. “La lentitud y la parsimonia son virtudes muy ecológicas”, afirmó.

Tras dos proyecciones anticipadas anoche para la prensa, hoy el film es presentado en la Gran Sala ante la presencia de todo el equipo, seguida por una cuarta mañana primero de Septiembre. “Yo creo que cuando un libro adquiere la categoría de clásico es por su capacidad de intoxicar al lector y esto es lo que me ha ocurrido con ‘Zama’ de Antonio di Benedetto y la única manera de desintoxicarse es hacer algo con ella, en mi caso una película” cuentó Martel.

“Mi película es la historia de un hombre encerrado en su identidad, una situación común a la mayor parte del planeta pero que beneficia solo a los psicólogos” ríe Martel. “Es cada vez más difícil hacer películas ambiciosas, no solo artística sino también económicamente cuando no se filma en inglés, como si otros idiomas tuviesen que ser amparados en una campaña de respeto de los derechos humanos en cuanto minorías desvalidas” declaró Martel arrancando un sonoro aplauso en la platea de periodistas.

El protagonista, el hispanomexicano Daniel Giménez Cacho, afirmó sentirse nervioso “porque aún no he visto la película y no sé cuánto de lo que puse en mi papel ha quedado en el film, pero tengo que confesar que nunca viví un rodaje tan intenso, con una directora que lo enfoca como un verdadero acto de amor del que todos nos sentimos partícipes”.

Para la española Lola Dueñas, “Lucrecia es mi directora preferida y filmar con ella ha sido un sueño del que aún no me he despertado”, mientras para el director de fotografía, el brasileño Rui Poças, “lo que nos propusimos con Lucrecia fue ir en contra de todas las convenciones del film histórico. Para Martel, “lo que contaba era no respetar las reglas del juego”.

Finalmente, para el productor Benjamín Domenech fue “muy importante conseguir una colaboración muy fuerte del cine latinoamericano (Argentina, Brasil, México) porque este es un film que habla de los albores de la historia, de lo que hoy es y conocemos como América Latina”.