Tras una larga espera de más de cinco años y con el recuerdo aún latente sobre la posibilidad de no volver a subirse a un escenario por problemas de salud, Enrique Bunbury se presentó este martes en el Movistar Arena donde hizo vibrar a unas 15 mil almas. En una velada emotiva por el reencuentro con su público, el artista zaragozano arrancó así su gira por Latinoamérica donde recorrió temas nuevos y no tanto, y sorprendió con varios clásicos de Héroes del Silencio.
“La última vez que tocamos en Buenos Aires fue hace casi seis años y en estos seis años nos han pasado muchas cosas a todos, claro. Hace prácticamente un año y medio yo pensaba que esto no iba a ocurrir nunca más, que no me iba a volver a subir a un escenario”, expresó Bunbury, luego de sonar las primeras canciones, ante el clamor de la gente que le transmitió su amor incondicional por el músico.
“Creo que hoy 5 de diciembre estoy en el mejor lugar donde podría estar. Me siento muy bien acompañado por todos ustedes, por Los Santos Inocentes (en alusión a la banda que lo acompaña). Para mí es una noche muy especial y entonces les voy a pedir que me disculpen por todos estos errores que pueda cometer por exceso de entusiasmo y de emoción”, completó el cantante, cuyo despliegue musical contrastó con esa humildad y se convirtió en un show histórico.
Impecable, con un pañuelo rojo atado en el cuello, su sombrero de ala y una chaqueta negra, el músico oriundo de la Comunidad de Aragón, pero que la vida lo convirtió en un ciudadano de mundo, brindó durante las dos horas del show, un repertorio que trasladó a los presentes a los orígenes de Bunbury, como líder de la mítica banda de rock español Héroes del Silencio, hasta su último disco como solista, Greta Garbo, en donde plasmó lo que sentía al conocer que tenía un serio problema con su voz, que afortunadamente no fue tal. Como se sabe, la actriz sueca dejó la actuación cuando se encontraba en la cúspide de su carera.
«Hoy traemos canciones de un repertorio nuevo y viejo; canciones de todas las épocas, desde este ‘Greta Garbo‘ hasta que la memoria recuerda», había adelantado apenas comenzado el recital el cantante. Y cumplió: arrancó con «Los términos de mi rendición» y siguió con «Nuestros mundos no obedecen a tus mapas», «Cuna de Caín», «La tormenta perfecta», «Hombre de acción«, «El rescate», «Cualquiera en su sano juicio», «Invulnerables», «Más alto que nosotros solo el cielo», «Que tengas suertecita«.
Luego de disculparse por su “exceso de entusiasmo”, siguió con «Alaska», y ya sin chaqueta con «El extranjero», «Desaparecer», «La actitud correcta», «Apuesta por el rock and roll», «Porque las cosas cambian«, «De todo el mundo», «Entre dos tierras», «Sí», «Parecemos tontos» y «Lady Blue». Después de unos minutos, vinieron los bises: «Aunque no sea conmigo», «Maldito duende«, «La constante«, «…Y al final«.
Muchos de estos temas debutaron en vivo. Cada vez que pudo, Bunbury abandonó el escenario del Movistar Arena y por los costados se adentró en el público con quien cantó varias de las canciones. De la misma manera, sus 56 años no le impidieron correr de punta a punta, arrodillarse y desplegar su particular modo de bailar. En recientes entrevistas el artista confesó que no sabe si continuará con estas megagiras por el mundo y que “por eso estos shows quiero tratarlos como algo único”.