Britney Spears se presentó de forma remota en un juzgado de Los Angeles (EE.UU.) para pedir que se anule la tutela legal que no la deja disponer libremente de su patrimonio y de su vida. Sus declaraciones fueron escalofriantes. La cantante señaló que es medicada contra su voluntad, que le impiden cumplir su deseo de maternar y dijo que su padre y su mánager “deberían estar en prisión”.
Dirigiéndose a la jueza Brenda Penny por videollamada, Spears habló durante unos veinte minutos: “Han pasado muchas cosas desde hace dos años, la última vez que estuve en la corte, y no volví antes porque sentí que no me escucharían. En la actualidad me siento traumatizada. No estoy feliz, no puedo dormir”.
La cantante afirmó que la obligan a tomar litio contra su voluntad. “Es una droga fuerte. Puedes dañarte mentalmente si te quedas con ella por más de cinco meses. Me sentí borracha, ni siquiera podía tener una conversación con mi mamá o mi papá sobre nada. Me tenían con seis enfermeras diferentes”, afirmó este miércoles frente a las autoridades.
Spears contó que mantiene una relación con San Ashari y expresó su deseo de maternar. Pero su voluntad no es respetada: “Quiero poder casarme y tener un bebé pero me dijeron que no podía casarme. Tengo un DIU dentro de mí, pero este supuesto equipo legal no me deja ir al médico para quitármelo porque no quieren que tenga más hijos. Esta tutela es abusiva y me está haciendo mucho más daño que beneficio. Ni siquiera se me permite viajar sola en un auto en compañía de mi novio. Merezco tener una vida porque trabajé toda mi vida para tenerla.”
Acto seguido, la cantante le pidió a la corte que tomase su situación con seriedad: “La última vez que hablé con ustedes hace dos años me sentí como si estuviera muerta, como si no importara. Sentía que ustedes pensaban que estaba mintiendo, y no estoy mintiendo. Para que tal vez entiendan la profundidad y el grado de lo que les pido, les estoy solicitando cambios”.
La cantante también expresó: “En California, lo único similar a esto se llama tráfico sexual, hacer que cualquiera trabaje en contra de su voluntad, quitándole todas sus posesiones, la tarjeta de crédito, efectivo, teléfono, pasaporte.” Y completó: “Señoría, mi papá y todos los involucrados en esta custodia, incluido mi manager, que tuvo un papel clave en mi castigo… deberían estar en prisión.”
Spears reveló que desconocía que podía pedir formalmente que se diera fin a la tutela legal. “Pido disculpas por mi ignorancia, pero lo que he vivido es vergonzoso y desalentador. Esa es la principal razón por la cual no hablé abiertamente antes. Pensé sinceramente que nadie me creería”, destacó.
En 2007 la cantante finalizó su divorcio con el cantante Kevin Federline y luego perdió la custodia de los dos hijos de la pareja. Un año más tarde fue internada en dos oportunidades para ser evaluada a nivel psiquiátrica. En ese contexto, supuestamente con su salud mental comprometida, fue declarada incompetente para manejar su propia vida.
Luego de esa situación una corte de justicia estableció su tutela temporal y desde entonces se fue extendiendo durante más de una década. Los detalles de esa acción legal nunca se conocieron de manera pública. Pero esa herramienta legal circunstancial se tradujo en una condena hasta ahora sin solución de continuidad.
Tasada en unos sesenta millones de dólares, la fortuna de la cantante es manejada desde hace trece años por Jamie Spears, su polémico padre.
Sus fanáticos se reunieron en el Grand Park, un espacio en pleno centro de Los Angeles, para apoyar a la cantante y agitando la consigna #FreeBritney (Liberen a Britney). Al mismo tiempo, en decenas de otras ciudades de EE.UU. se realizaron otras manifestaciones para acompañar a la cantante.
La situación que vive Spears generó un movimiento conocido mundialmente como #FreeBritney que lucha para que la cantante pueda disponer libremente de su vida y bienes.