El festival Primavera Sound cerró ayer su edición 2023, con una última jornada en Parque Sarmiento donde Blur coronó un fin de semana a pura música, luego de que otros grandes, The Cure, hicieran lo propio el sábado. Pasada la medianoche, Damon Albarn y compañía dijeron adiós cantando a modo de himno “The Universal”, uno de sus hits que despertó la emoción de los fanáticos que aún se agitaban cerca del escenario principal, en contraste con la sobria calma de los que, ya agotados, disfrutaban del show tirados en el pasto y desde lejos. Fue el adiós perfecto de un domingo soleado que, en los cuatro escenarios del encuentro, ofreció propuestas para todos los gustos. El calor agobiante no detuvo a las casi 50 mil personas que se acercaron al predio, donde saltaron, cantaron y bailaron con las distintas bandas que mostraron los suyo ante un público heterogéneo.
Entre los más destacados que abrieron el día estuvo Viva Elástico, que mostró sus canciones entre el optimismo y el dark; también los cordobeses de Rayos Láser, que entretuvieron a los tempraneros a pleno sol con su espíritu indie electrónico. Eran casi locales, porque entre el público había muchas personas con tonada mediterránea (aunque también muchos brasileños, chilenos y europeos) por lo que se sintieron cómodos para largar su talento en el barrio de Saavedra. Sonaron muy bien, además, en uno de los escenarios periféricos, los Winona Riders, la banda del Oeste que demostró por qué viene creciiendo, así como por su lado lo hizo Vinocio, la banda de zona Norte encabezada por los multiinstrumentistas Lucio Memi y Fermín Cárpena, fusionando hip hop, soul y R&B, dando como resultado un jazz lo-fi más que interesante. Mientras, se esperaba uno de los platos fuertes: Virus.
Los primeros estribillos gritados de la jornada fueron a los hermanos Moura, cuando sonaron grandes clásicos como “Sin disfraz”, “Imágenes paganas” y “Mirada Speed”, entre otros. No podía faltar “Luna de miel en la mano”, que fue la elegida para el cierre de su set. Siguió Turf, con su propia colección de hits, con un Joaquin Levinton encendido que terminó sobre el público, para ponerle rock a la calurosa tarde que se retiraba.
Luego de una pausa necesaria, uno de los dos escenarios principales cambió de registro recibiendo al dúo de jazz Domi & JD Beck. Estos dos sorprendieron a más de uno, a pesar de su juventud. Ella, la pianista francesa Domi Louna, sorprendió por la velocidad de sus dedos, que llamaban más la atención que su maquillaje y vestuario kitsch. Él es un baterista eximio, a pesar de su look aniñado, que luce más en vivo que en el recital de Tiny Desk que los hizo conocidos. Es que en pocos minutos justificaron el padrinazgo recibido por parte Thundercat y Anderson Paak, y expusieron la manera en que aprendieron a relacionarse en el conservatorio donde se conocieron: nada era improvisado aunque lo pareciera, sino que leían las partituras. Un dato de color más para esta dupla que se robó aplausos sinceros mientras la noche ya pedía permiso para hacerse presente.
Llegó el momento indie pop (con algo folk), de la cantautora canadiense Carly Rae Jepsen, que mostró su en su primera visita a la Argentina lo mejor de disco The Loneliest Time, generando ovaciones varias. Pero lo más destacable del atardecer fue, sin dudas, el artista que recientemente se presentó en la gala de los Latin Grammys, y que es de lo mejor del nuevo panorama sonoro local: Milo J. El pibe de Morón, de tan solo 17 años, dejó correr su flow, y enloqueció al público con sus temas más pegados, como se dice ahora. Expuso que a pesar del éxito y los millones de reproducciones, su horizonte musical y artístico no se pierde en el vacío que la industria parece proponer: su show comenzó con un relato emocionante con la voz en off de Facundo Cabral, y con mucha personalidad Milo cantó sus barras de rap y trap con estilo propio, y llenas de contenido social, conciencia de clase y compromiso político. Y todo haciendo bailar a sus fieles seguidores, que sabían cada uno de las frases y las cantaban a garganta partida. También se animó a homenajear a Charly García con una sentida versión de “Los dinosaurios”, que con una bandera argentina flameando en la pantalla de fondo, alcanzó un pico de emoción, ganándose una más que merecida ovación.
En paralela, brillaron las luces de un show internacional: Beck, en la otra punta el predio, demostró su gran trayectoria haciendo sonar temas legendarios como “Loser”, “Devil ‘s Haircut” o “The New Pollution”. Acompañado por su banda bien rockera y la mistura de electrónica, funk y hip hop que lo convirtierone n suceso en los ’90, el de Los Ángeles sacudió con una performance llena de energía y en “The Valley of The Pagans” compartió escenario con un Damon Albarn que salió a levantar la expectativa de lo que estaba por venir. Beck cerró bailando entre luces y humo su tema de Odelay, disco de 1996, “Where Is At”.
Si de puesta en escena hablamos, los británcos de Pet Shop Boys son expertos. Es que los veteranos pusieron a bailar a la multitud con una ráfaga de hitazos, que no fue otra cosa que una auténtica cátedra de pop. Chris Lowe, cerebro techno del dúo, como siempre acompañó perfectamente al impoluto cantante Neil Tennant, que aportó su talento interpretativo para hacer sus canciones más conocidas: “Can’t Forgive Her”, “Suburbia”, “Domino Dancing”, “Comes Quickly”, “Paninaro” y el infaltable medley entre “Where The Streets Have No Name” y “Can’t Take My Eyes Off You”, canciones de U2 y Gloria Gaynor respectivamente. Todo con una escenografía y una puesta increíbles, en la que es inevitable destacar los vestuarios llamativos, lo qu fue llevando a Chris y Neil a cerrarel recital, frente a frente, cantando “West End Girls” y “Being Boring”.
Se acercaba el final, y ya para la aparición de Blur, la gente estaba agolpada, agitando con canciones como “End of The Century”, “Country House” o “Girls & Boys”, las cuales después sonaron, entrado el show. El grupo británico abrió con su más reciente trabajo The Ballad Of Darren; hicieron temas como “The Ballad”, “St. Charles Square” -con Damon en el piano- y “Barbaric”, entre otros. De muy buen humor, los músicos hablaron de las relaciones entre la Argentina e Inglaterra, y llamativamente, a los cánticos contra Milei (“el que no salta votó a Milei”, se escuchó seguida durante la jornada) respondieron con: “Nada de política hoy, sólo amor”.
Los londinenses, favoritos del público criollo, hicieron subir al escenario a fanáticos y la tremenda energía se sentía en el aire. Llegó “Beetlebum”, “Advert” y “You Should Be Dancing” para alegría de la multitud. Y por supuesto, no faltaron “Out of Time”, “Parklife” y “Song 2”. Después, las leyendas del britpop fueron bajando los decibeles con “This is a Low, “The Narcissist”, “For Tomorrow”, y “Tender”, que estuvieron entre las más cantadas de la noche. Como ya se adelantó, “The Universal” fue la canción que cerró la última noche de la última y agitada jornada del Primavera Sound de este año. Y así, entre exhaustos y satisfechos, la gent comenzó a desagotar lentamente el predio.