Con el telón de la pandemia como fondo, la banda entrerriana Bicho Raro tomó una anécdota más que particular de la vida social para transformarla en una canción. Concretamente, se trata de “Peinando los 50”, una composición que narra la historia de un hombre calvo que tras contagiarse de Covid-19 comenzó a recuperar su pelo.
El grupo de Concordia, que habitualmente cruza estilos como el rock, la cumbia, el candombe y el reggae, se inspiró para la canción en el caso de Gustavo Russo, un carnicero de la ciudad de cincuenta años que después de años de haber perdido el pelo, poco a poco está logrando recuperar su antigua cabellera. Alertado, en un principio, por la situación, Russo visitó a su médico, quien le comunicó que el crecimiento capilar podría tener relación con el Covid, como un efecto colateral provocado por el virus. El track de Bicho Raro ya llegó Spotify y también puede verse el video del tema en Youtube.
“Hace mucho tiempo que Bicho Raro viene tocando en la zona del Litoral. La historia de la canción es muy particular y está llegando a mucha gente en el verano, porque la lanzamos este enero. La repercusión que estamos logrando, al ser una banda del interior, es muy positiva”, dice Gringo Richards, guitarrista del grupo que completan Pol Hegglin (voz), Chino Rosenbaum (guitarra y charango), Manolo Gaztambide (percusión), “El Alemán” Wurfel (bajo), Uli Orge (teclados) y Uru Fabian (batería).
Como composición, “Peinando los 50”, tuvo su origen luego de la salida de Superantropical, el último EP del grupo, que ya había lanzado antes Enchorrada Litoral . “El personaje protagonista de la ‘Peinando los 50’ es justamente el carnicero del barrio. Un día, yendo a comprarle unos bifes, me contó que estaba festejando sus cincuenta años y que estaba muy contento porque le estaba creciendo el pelo. Me lo estaba contando a mí porque yo soy calvo, entonces me dijo que lo del crecimiento capilar le pasaba luego de haber contraído Covid en la primera ola. Me acuerdo que lo escuché muy atentamente, pero también me contó que era el séptimo hijo varón de una familia. Así que con esos datos y junto a la banda comenzamos a pensar en una canción, que podríamos decir que se escribió sola. Hoy ya forma parte de nuestro repertorio”, afirma Richards.
Más allá de la alegría del comerciante, contar con su presencia para la grabación del videoclip de la canción no fue tan fácil. Así lo recuerda el guitarrista del grupo: “Concordia es una ciudad de 250 mil habitantes. Cuando tuvimos la canción lista se la mostramos a Russo para ver cómo se sentía. A él le gustó, pero me pidió reserva, y dejar todo ahí. Pero a los cinco días le estaba contando a sus clientes que le habíamos hecho un tema, y eso nos dio el puntapié para grabar un video clip. Lo hicimos en la carnicería y le propusimos ser el protagonista, lo hizo muy bien y actuó mejor todavía”.
Con todo el ruido que está generando la canción, que además juega con la leyenda del Lobizón, los miembros de la banda sienten que están conociendo a un público mucho más amplio. “Sí, estamos llegando a otra gente con este trabajo. Hay ganas de conocer mejor la historia, que en definitiva es lo importante. Eso también nos está trayendo un interés por parte de los calvos (risas). Me acuerdo que al carnicero le conté que tuve también Covid, pero que en mí caso no tuvo el mismo efecto, a pesar que tampoco tengo pelo”, ironiza Richards.
El guitarrista cuenta que, además, Russo comenzó a recibir propuestas para hacer entrevistas. “Hubo un momento en que empezó a tener flequillo y lo empezaron a llamar de varios lugares, pero siempre con un carácter científico. Su médico de cabecera le prestó mucha atención a su caso, pero también lo llamaron de una universidad para ver si se prestaba para ser estudiado. Hoy puedo decirte que está dando notas sobre el tema. Mientras tanto, nosotros, como Bicho Raro, queremos tocar todo lo que se pueda en la costa del Paraná y Uruguay, para estar cada vez más cerca del público”, concluye el músico.