Si hay algo que siempre caracterizó a Babasónicos es el movimiento, y ni siquiera una pandemia mundial parece detenerlos: el grupo lanzó “Suficiente”, un EP de cuatro canciones nacidas desde el aislamiento. En poco más de 14 minutos la grabación demuestra que la vigencia de la banda parece ser eterna y que no necesita muchos requerimientos, logrando un notable nivel de complejidad conceptual desde la simpleza de quienes saben hacer lo que hacen. El arte de tapa, que marida plateado, rosado y blanco en un degradé perfecto, nos muestra una jeringa en la que se posa un mosquito. El nombre de la banda es el líquido del adminículo, y el título del EP, lo que parece estar a punto de saltar por los aires ante la más mínima presión, frente a la mirada atónita del insecto. Así es la banda liderada por Adrián Dárgelos: una posibilidad latente, siempre dispuesta a empapar de sentidos a quienes estén dispuestos.
La primera canción, “Suficiente”, es una balada moderna en la que el cantante confiesa “puedo continuar mintiendo a todos, pero no mentirme a mí”, una continuidad respecto a su aseveración “tengo entendido que aquí todos mienten” de “Bestia pequeña”, track presente en “Discutible”, su último CD lanzado en octubre de 2018: la honestidad de la mentira hecha canción y, sobre todo, reflexión. El segundo tema es el rockero “Oportunidad”, corte de difusión del EP, que nos regala una hermosura a la altura de las mejores líricas de la agrupación: “Decís que el mar es sólo una gota grande, de magnitud descomunal. Si flotácemos una semana juntos, olvidarías lo que odiás de mí”. Luego es el turno de “El culo”, divertido título para una canción que no lo es en lo más mínimo: un sentimiento de profunda incomodidad recorre el tema, sobre una hipnótica línea de bajo. El material cierra con “Camboriu” (así, sin acento gráfico): la pieza más extraña de las cuatro, mezcla entre melodía tecno y ritmos percusivos, que será interesante ver cómo se resignifica al ser interpretada en vivo.
Es difícil definir con exactitud qué número de trabajo es este EP, ya que Babasónicos ha deslizado numerosos lados B, rarezas y no tanto, que a esta altura tienen total legitimidad: en su propia página web se consignan 16 obras como “discografía oficial”, además de una “discografía paralela” de otras ocho placas. La cantidad sí importa en este caso, porque este grupo de músicos que esquivan los clichés mainstream a pesar de estar en el centro de la escena, se encuentran entre los más prolíficos que continúan en actividad. De todas formas, lo que más se destaca en su carrera es el impresionante recorrido por diversos géneros, derrotero del que salieron siempre airosos: probablemente no haya otro grupo tan popular de habla hispana que pueda demostrar tales pergaminos.
Dicha amplitud estilística responde a una evidente necesidad creativa por no estancarse en ninguna zona de confort, además de la evolución propia producto del paso del tiempo y la experiencia adquirida. Babasónicos se formó en 1991 y sus primeros cuatro discos (“Pasto”, “Trance-Zomba”, “Dopadromo” y “Babasónica”) representan una explosión joven en partes iguales de rock, punk, heavy metal, hip-hop y baladas. Mientras el clima social empeoraba y el resto de los grupos de rock profundizaban esa postura que se estaba convirtiendo en lineal, Babasónicos sorprende con “Miami”, un disco que se reía descaradamente del fin de la fiesta neoliberal, pero que no fue comprendido como tal por gran parte de la escena rockera del momento. Ya en 2001, en las puertas del caos absoluto, el grupo redobla la apuesta y lanza “Jessico”, con el que abraza al pop-rock y, simultáneamente, la masividad. Las décadas pasaron, y los estilos continuaron: pop, tecno bailable, electrónica experimental…
Todo esto, acompañado por conciertos en los que la puesta en escena y los vestuarios son fundamentales, y videoclips entendidos como lo que realmente son: no un mero complemento comercial de una canción, sino una potente pieza comunicacional autónoma que, al mismo tiempo, forma parte de un significado más amplio con el que se pueden apelar a diversas instancias de la sensibilidad de las audiencias. Muchos videos de las canciones de Babasónicos son producciones vanguardistas que denotan influencias de una vasta cinefilia y profundos conocimientos sobre el videoarte, las tecnologías de la comunicación y los movimientos estéticos. Así, al día de hoy, estos videoclips son objetos de estudio en diversas carreras universitarias.
Rock alternativo y rabioso, arte conceptual, música bailable, referencias culturales y, ahora, un EP lanzado en plena pandemia mundial: para Babasónicos, nada parece ser “Suficiente”.