El portal, una serie documental a cargo de la productora Mezcla que puso en  manos de las realizadoras Astrid Romero y Fernanda Valadez la historia del portal Zona Divas, partícipe necesario en cinco femicidios que se produjeron entre 2017 y 2018: mujeres de América del Sur que emigraron de sus países en busca de un mejor futuro fueron las víctimas.

“No fue muy difícil convencernos en el sentido de que Fernanda y yo tenemos una convicción muy fuerte de que el cine, los documentales ayudan a abrir conversaciones que hacen falta resolver -cuenta Romero luego de aclarar algunas medidas de seguridad sobre la comunicación que ofrece desde el exterior-. Entonces cuando nos llegaron con esta historia acerca de este portal que operó muchos años en México y que ayudó al tráfico de personas con fines de explotación sexual que terminó en el asesinato de cinco mujeres, inmediatamente decidimos que era un tema que nos parecía muy importante tocar. Creo que de las cosas que hemos visto a lo largo del proceso es que todavía existe muchísimo estigma y prejuicio, y no se le ha dado a todas estas mujeres su lugar en el sentido de que son víctimas de estos grupos criminales.”

El portal cuenta una historia que, desgraciadamente, sucede en decenas de paises.


Pero además de la convicción, Rondero y Valadez tenían muy buenos antecedentes en encarar cinematográficamente temas de género y violencia contra las mujeres. “Teníamos esta trayectoria de tocar temas fuertes en nuestro país, hemos hablado desde la ficción acerca del crimen organizado, entonces sabían que teníamos un compromiso muy fuerte con temas sociales. Queremos que nuestro sello hable de realidades que todavía pueden ser cambiadas y que el cine, la televisión incluso, tenemos esa obligación de ayudar a concientizar, alertar y al mismo tiempo pues sí, también, tratar de encontrar justicia para los casos que no las han encontrado.”


“Este país, México, es un país extremadamente letal para las mujeres. También eso es parte del contexto en el que estas chicas llegan, por eso sentimos mucha sororidad: la idea del documental no es estigmatizar sino todo lo contrario, y dejar muy en claro la gran diferencia entre la trata de personas con fines de explotación sexual y el trabajo sexual”. Entonces el cronista aprovecha para indagar un poco más sobre las medidas de seguridad mencionadas al pasar al comienzo de la nota por Romero, y ella explica: “Estamos tratando con redes de tráfico de personas. La serie trata de demostrar todo este camino de crimen que viven las chicas, que son engañadas en su mayoría para entrar en estos círculos. Ahora se está viendo en 90 países y la gente ha tenido muy buena reacción. Eso de alguna manera nos protege pero vivimos en un país muy difícil, donde hay mucho crimen, entonces estamos tomando todas las precauciones necesarias para poder hacer esta denuncia sin que nada más pase.”

Zona Divas escondía una mafia brutal.

Si bien el documental tiene rigurosidad informativa, su aporte más relevante es la explicación de motivos y causas sobre por qué chicas de toda Latinoamérica llegaron a México para trabajar en Zona Divas. “Fue todo un viaje de comprensión, de entendimiento, de investigación sobre los motivos, porque esta serie tiene un equipo muy fuerte de periodistas tanto en México como en Venezuela como en Argentina. Fue entender el proceso de enganchamiento de cómo funciona toda esta red criminal. Parte de lo que hace muy difícil atajar la trata es que está muy atomizada. Quiere decir que hay muchos actores criminales en todo el proceso que trae a las chicas de distintos lugares a México. La otra parte que fue muy importante fue acercarnos a las familias, porque todos ellos son víctimas. Todas estas chicas venían de familias que las amaban, porque ese es otro de los grandes estigmas: son madres, son hijas, son hermanas. Y son engañadas de distintas maneras. Por ejemplo las venidas de Venezuela, donde hay una situación económica muy apremiante, se valen de eso, pero también estos círculos criminales se valen del deseo de aparecer en medios, de ser modelos. Estamos hablando de grupos criminales, no es una cuestión de voluntad. Tratar de contar estas historias alejadas del sensacionalismo y que podrían ser nuestras familiares.”

El diseño de la red es bien preciso. “Son arrancadas de sus núcleos familiares, de sus amigos, están aisladas en el sentido de que llegan a otro país, tienen una condición migratoria irregular, y eso también las pone en vulnerabilidad. En la serie se puede ver que hay involucramiento de autoridades migratorias en distintos niveles para que esas chicas entren de esa manera a México. Las enganchan -pueden ser incluso amigas, o con vínculos como la estilista, alguien que pone un aviso en el Facebook-, son trasladadas a México y a través de una deuda, del préstamo que les hicieron para viajar, las obligan a pagar esa deuda que lo único que hace es crecer con el tiempo: las chicas llegan con esa deuda que se va haciendo cada vez más grande y lo que sucede en muchos casos es que les retiran los documentos cuando llegan a México. Ese es uno de los descubrimientos importantes de la serie: México es uno de los principales destinos por la omisión de las autoridades, es decir aquí se pueden cometer varios crímenes sin que la gente pague, y hay un gran mercado. Entonces las chicas llegan a México, donde hay una violencia muy fuerte hacia la mujer, y si eso además le sumas en la ausencia de autoridades y por otro lado el crimen organizado, se hace como este caldo peligrosísimo de cultivo.” 

Las mujeres explotadas provenían de diferentes países del mundo.

“Es un paso importante, histórico para un país como el nuestro -dice con entusiasmo sobre la reciente asunción de la presidenta Claudia Sheinbaum-. En la serie denunciamos los niveles de violencia de género que hay en un país tan misógino como México. Es muy positivo y sintomático de los nuevos tiempos que venga una presidenta. Que cambiemos esa narrativa de que las mujeres son víctimas, y que también hacemos política pública. Por eso tan importante que llegada una presidenta se revise todo esto que tiene que ver con la trata, que sigue sucediendo.”


El portal

Serie documental. Dirigida por Astrid Rondero y Fernanda Valadez. Disponible en Netflix.