La sensibilidad artística muchas veces nada tiene que ver con el sentido común. Por eso no debería sorprender que muchos músicos o actores talentosos sean parte de los movimientos antivacunas.
Ahora, en tiempos de pandemia, entre las interminables oleadas de contagios y nuevas cepas de COVID-19 la vacunación masiva es una de las pocas herramientas de las que disponen los estados para evitar más muertes y el colapso de los sistemas sanitarios, sin detener la actividad económica. Pero contrariamente a lo que podía creerse, cada día surgen nuevas teorías para discutir o poner en duda la inmnización, y entre los artistas hay varios representantes de esas ideas. Usando sobre todo sus redes sociales, muchos de ellos niegan la realidad sobre el virus desde hace dos años pone en jaque al mundo.
Uno de los principales exponentes de los músicos antivacunas es Eric Clapton, que en los últimos días fue noticia porque haber dicho que no actuaría en un lugar en donde se le exija al público estar vacunado para poder asistir, tal como ordenó el gobierno británico. El famoso guitarrista también se había quejado en su momento de las restricciones sanitarias preventivas contra el coronavirus, y entre otras cosas, supo estar en la picota por haber manifestado que tras recibir las dos dosis de la vacuna AstraZeneca, un dolor en el brazo lo hizo temer de no poder volver a tocar.
Hace pocos días Brian May, el histórico guitarrista de Queen, expresó su rechazo por las actitudes de Clapton. Más allá de su admiración, dijo que le parecía irresponsable basarse en una percepción personal para ir en contra de la evidencia científica.
Ian Brown, quien fuera el líder de la banda Stone Roses, es otro de los que se se levantó contra los pinchazos. En su cuenta de Twitter escribió: “No cuarentenas, no pruebas, no máscaras, no vacuna”. Tras varios comentarios negativos, el músico replanteó: “No estoy en contra de las vacunas, estoy en contra de esta vacuna. Apresurada y con fallas, nos la venden los mismos astutos y mentirosos que comparten trillones”.
Otra británica que va en ese sentido es la rapera M.I.A , que ya en marzo de 2020 dijo a través de su cuenta de Twitter: “Si tengo que elegir entre la vacuna o el chip, elijo morir”. Por la misma red social insitió en su postura: “No entren en pánico, están bien. Lo van a lograr sin estresar a los sistemas médicos. Solo respiren, van a estar bien. Van a lograrlo sin saltar a la sartén. Todas las vacunas que has tenido ya son suficientes”.
Por su parte, los músicos de la mítica banda punk española La Polla Records eran número cantado para llevar la contra a lo que el sistema propone. Evaristo Páramos, su líder, generó estos días una gran polémica al levantar, durante su último concierto en la ciudad de Vitoria-Gasteiz, en el País Vasco, una pancarta que tenía el logo de la Organización Mundial de la Salud tachado dentro de la señal roja de “prohibido”. El grupo también dejó subir al escenario a dos mujeres representantes de la plataforma Bizitza, que reúne a 35 colectivos antivacunas, quienes leyeron un manifiesto frente al público. El mensaje tenía críticas al pasaporte sanitario (que se está aplicando en distintos países del mundo) al que tildaron como una “excusa para controlarnos, someternos, aislarnos, humillarnos, enfrentarnos y matarnos». También hablaron de “dictadura sanitaria”, llamaron a “la desobediencia pacífica” y convocaron a asistir a una manifestación en San Sebastián, a la que finalmente asistieron cerca de 3.000 personas, según informaron medios españoles.
En la península ibérica, lo de los antivacunas es todo un tema. Enrique Bunbury es otro de los músicos que expuso su teoría. El cantante colocó en sus redes sociales mensajes con el hashtag #ExposeBillGates, basado en una idea conspirativa que afirma que, con las vacunas, el fundador de Microsoft busca dominar a toda la población mundial. “Una cosa son los intereses y los pensamientos de Bill Gates y de la OMS y otra cosa son los derechos individuales de cada país. No quiero utilizar la palabra ‘dictadura’ tan fácilmente porque hay gente que dice ‘esto no es una dictadura, es una pandemia’. Lo cierto es que hay normas que quieren imponer de forma global que no deben ser aceptadas contra los pueblos independientes”, dijo el ex líder de los Héroes del Silencio en entrevista con la revista GQ.
En agosto de 2020, Miguel Bosé se manifestó en ese mimso sentido: “Yo digo no a la vacuna, no al 5G, no a la alianza España-Bill Gates”, expresó en Twitter. “Determinadas vacunas no me las voy a poner, no me las quiero poner, y espero que no me obliguen a ponérmelas”, afirmó en una publicación de Instagram, que como la primera, luego también borró.
En Latinoamérica, el líder de la banda mexicana Zoé, León Larregui también usó Internet para declarra que la vacuna “no es segura aún, es un implante en el ADN que te hará dependiente de los upgrades del imperio farmacéutico, la nueva faceta de control”. A causa de esto, Twitter suspendió la cuenta del músico por varias horas.
Tampoco le esquivó a la polémica Robert de Niro. El actor fue noticia por decir que esyaba dipuesto a pagarle 100.000 dólares a la persona que le demuestre que las vacunas son seguras. Como si fuera poco, fundó el proyecto “World Mercury Proyect Challenge”, el cual presenta una iniciativa para que se elimine el mercurio que, según afirma, podrían llegar a tener varias vacunas.