Cuatro décadas de un disco de culto y diez años de un documental que puso el foco en las figuras silenciosas del mundo de la música, tomando el nombre de una de las canciones más conocidas de ese disco. Ante estas efemérides la banda Oveja Negra vuelve a juntarse para presentar la reedición remasterizada en CD de su primer disco Orsai, que vio la luz en 1983 en vinilo. Para que la fiesta sea completa, le propusieron a los cineastas creadores del documental Blues de los plomos (2013) hacer un festejo conjunto: en Centro Cultural 25 de Mayo, el 7 de septiembre, con la proyección del film y un show muy especial.
«Nunca habíamos lanzado nuestro primer disco en CD. Aprovechamos para festejar que se cumplían 40 años y agregamos unos temas inéditos. Hace un año que venimos trabajando para recordar este aniversario y fuimos dando pasos firmes para lograrlo. Cuarenta años es un montón, merece la pena el festejo. Estamos muy contentos de lo que pasó con aquello que hicimos con tanta pasión y hoy lo podemos mirar con orgullo», cuenta Aníbal Forcada, miembro fundador de Oveja Negra, banda de rock y folk fundada en 1982 por él, Willie Campins y Osqui Amante, fallecido en 2014.
Oveja Negra, más allá de la buena relación entre sus integrantes, no duró mucho. En 1984 formaron parte del proyecto y disco homónimo Porque cantamos junto a Juan Carlos Baglietto, Celeste Carballo y Nito Mestre. Pero a comienzos de 1985, la banda se disolvió: «Cada uno siguió su camino, pero siempre estuvimos en contacto. Y hoy recordamos nuestros comienzos. Es una alegría celebrar aquellos tiempos de retorno a la democracia, que era lo que nos pasaba, y también recordar a Osqui, nuestro amigo. Esta es sin duda una fecha especial. Fue un disco hecho con honestidad, algo sincero y puro», afirma Willie Campins.
Para esta nueva edición en disco compacto la banda obtuvo el apoyo del Instituto Nacional de la Música (INAMU), ente público no estatal que tiene por objetivo el fomento, apoyo, preservación y difusión de la actividad musical, ya que «como la cinta estaba irrecuperable tuvimos que hacer la bajada directo del vinilo. Así que por suerte el INAMU financió este proceso, para poder recuperar el sonido original de la mejor manera posible y así poder mejorarlo con la tecnología actual. Mantiene el espíritu pero tiene algunas mejoras, detalles, que en aquel momento eran impensados, era todo a pelo», puntualiza Campins.
Orsai fue su primer disco. «Fue una experiencia musical, hecha desde la pasión. Siempre nos gustó armonizar voces con sonidos acústicos. Orsai fue hecho con inconsciencia e inocencia, sin saber qué iba a significar. Uno lo hace y no espera nada, ni sabe lo que va representar 40 años después. Yo solía escribir lo que me pasaba o lo que veía. A veces me sorprende lo que pasó con ‘Blues de los plomos’, una canción que se hizo súper conocida. Después el tiempo pasó e hicimos camino, pero visto en retrospectiva creo que se nota que amábamos tocar», recuerda Forcada.
Para este festejo tocarán unos siete temas. Los compartirán con sus hijos: Manuel Campins, hijo de Willie, tocará batería; Julián Forcada, hijo de Aníbal, tocará el bajo y Tomas Mante, hijo de Oscar, tomará el rol de su padre y se hará cargo de la guitarra. «Se criaron con nosotros, y que nos acompañen tiene un valor emotivo especial. Es un momento mágico volver al escenario», cree Forcada. Para Campins, es importante el cruce generacional: «Con el aporte de ellos los temas rejuvenecen y demuestran que hay nuevos talentos para continuar la tradición sonora que nosotros representamos. No todo es trap y rap, hay jóvenes que les gusta otro tipo de sonidos. Les enseñamos a apreciar lo que hacíamos y lo que nosotros habíamos tomado como inspiración y ellos continuarán su camino por donde quieran, pero respetando eso que nos formó. Es una alegría que nos acompañen en esta fecha especial «.
Forcada fue plomo de Pastoral, de Nito Mestre y Los Desconocidos de Siempre, y fue asistente de León Gieco, con el que trabajó 36 años. «Cuando me vinieron a buscar para ponerle al documental el nombre de la canción que yo había escrito, Paulo Soria y Gabriel Patrono se dieron cuenta que había muchas aristas en el mundo de los plomos y tuvieron que repensar la película. Nos hicimos amigos y decidieron enfocarse en el plomo de Almafuerte, el de Spinetta y en nosotros, que éramos plomos pero también músicos. Estuvo bueno que a través de mi canción se pueda reivindicar a los que llegamos primero y nos vamos últimos en todos los recitales», destaca Forcada.
Doble aniversario
A 40 años del lanzamiento de Orsai, el primer disco del grupo Oveja Negra, la banda festeja con un show en vivo y una proyección del rockumental Blues de los plomos, a diez años de su estreno. Jueves 7 de septiembre a las 19:30 en el Centro Cultural 25 de Mayo, Av. Triunvirato 4444.
Los obreros ocultos de los shows
En 2008 los Oveja Negra volvieron a reunirse para grabar un nuevo disco, que fue presentado en 2011 con el título Mientras vamos viajando, proceso que fue registrado y narrado en el film Blues de los plomos, estrenado en 2013. «Fuimos a buscar al autor de la canción ‘Blues de los plomos’ porque queríamos que sea el nombre de la película que estábamos haciendo, y sin darnos cuenta encontramos la manera de hilvanar todo ese universo en ese encuentro», recuerda Gabriel Patrono, quien estuvo a cargo del guión y dirección junto Paulo Soria del primer documental que iluminó a los obreros ocultos del rock.
«Hacer este documental nos cambió la vida a mí y a Paulo. Nos unió creativamente y como amigos. En 2010, en una charla, pensamos qué película faltaba para entender el rock argentino y bueno, fuimos por ahí. Necesitamos de tres años de trabajo, y la verdad que fue hermoso lo que pasó. No sólo por los premios o toda la gente que la vio, sino porque hizo que muchos plomos se acercaran y se conocieran. Eso fue lo mejor», afirma Patrono. «El plomo nunca sale en las fotos. Pone el corazón, es el que menos gana y había que reivindicar su figura. Son testigos presenciales de la genialidad y talento de otros, pero son tan importantes como los que son las figuras», concluye Patrono.