Anabel Cherubito imaginó hace mucho tiempo cómo sería un encuentro entre Eva Perón, Frida Kahlo y Simone de Beauvoir. Admiradas o cuestionadas, pero siempre vigentes, son referentes e inspiración para la actriz española que vive en nuestro país desde hace más de 20 años, y que hoy celebra, orgullosamente, la quinta temporada de Ser ellas, la obra en la que plasmó aquella idea. “Nunca espero a que me llamen, siempre me gusta armar proyectos propios. No está eso de que suene el teléfono y me digan ‘acá está el personaje que soñaste’. Entonces hablé con Erika Halvorsen para que ‘baje’ al papel esa idea que yo tenía. Se fue armando, invertí todos mis ahorros y por suerte la jugada salió bien: no solo quedó hermosa la obra, sino que fue tomando importancia con los años. La sacamos al ruedo y gustó hasta volverse una obra de culto. Es una alegría volver a hacerla”, confiesa la intérprete.
Ser ellas se puede ver los viernes a la noche, en el Tinglado, sala en el corazón de Almagro que vio nacer el proyecto hace siete años, y que en su recorrido por el país pudo consolidarse en su propuesta de transmitir la visión del mundo de estas tres potentes mujeres, interpretadas por Fabiana García Lago como Frida Kahlo, Ana Celentano como Eva Perón y la propia Cherubito como Simone de Beauvoir. En escena, hay un encuentro de sus espíritus: un ejercicio que para explorar cómo hablarían de política, de la militancia, de juventud, la vejez y la muerte. Pero también cómo intercambiarían visiones del amor, la libertad, la maternidad, la vocación, y todo con ese humor, inteligencia, sagacidad y valentía ironía que las caracterizó en vida.
“La obra arrancó antes del Ni una menos, en el momento que comenzaron a tomar fuerza y a organizarse mejor los movimientos feministas, por lo que estos años de recorrido ha sumado buena recepción, en una resignificación constante. Son mujeres claves para la vida de otros millones de mujeres, incluso diría que son imprescindibles”, cuenta la actriz española y revela por qué eligió encarnar a la intelectual francesa. “Desde chica me acompañó. Yo era disléxica y tenía déficit de atención, me iba muy mal en el colegio, y la lectura fue mi refugio. Los libros de Simone de Beauvoir me marcaron. Los encontré en la biblioteca de mi madre y fue una revelación. El primero que leí fue Memorias de una joven formal, me apasionaron sus ansias de libertad, de buscar la felicidad. Entonces siempre quise interpretarla”, cuenta la actriz. “Pero también admiro la sensibilidad de Frida y lo transgresora que fue, al igual que Evita: todo lo que logró e hizo por este país en tan pocos años fue tremendo. Cambiar la vida de millones de mujeres es algo por lo que hay que agradecerles, y este es nuestro homenaje”.
Ser ellas es un proyecto amado y también un desafío para Cherubito. “Investigamos mucho, con testimonios de Aurora Venturini, la escritora que fue íntima amiga de Evita, y que en París compartió noches de Bohemia con Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir. Sumando la tormentosa pasión de la vida de Frida, y ponemos textos y reflexiones de todas ellas. Creo que pudimos condensar de una manera divertida todo lo que ellas representan. Tanto mis compañeras, Fabiana García Lago y Ana Celentano, como yo, nos apropiamos de los personajes y podemos darles vida a estas referentes de la femineidad”.
El equipo atravesó momentos difíciles, como el fallecimiento del director Adrián Blanco a causa del COVID. “Es mérito suyo también haber logrado tanta solidez y una teatralidad tan fuerte en escena”, recuerda con emoción la actriz. “Siempre admiré su profesionalismo y sensibilidad, él ordenó todas esas ganas y admiración que teníamos de estar a la altura de este trío. Él anticipó el camino que debía seguir la obra y nos invitó a la reflexión, y eso lo trasladamos al público”.
En uno de los tantos análisis permite la obra, Cherubito lamenta que el mundo no aproveche el legado de aquellas mujeres. “Hoy todo viró a la intolerancia y a radicalizar posiciones. Es una desilusión sentir que no podemos avanzar, si seguimos este camino. Este sistema patriarcal, machista y capitalista es un total fracaso. Me pregunto cómo seguir. Creo que hay que barajar y dar de nuevo”. Cherubito teme la vuelta de la derecha al gobierno, y está preocupada por lo que significa para la democracia el atentado que sufrió Cristina Fernández de Kirchner. “El odio y la violencia avanzaron escudándose en la libertad de expresión, pero no debemos permitir que esto continúe ese camino. Me parece que este tipo de obras, que invitan a pensar la realidad desde un prisma, puede colaborar para entender que quizás el cambio viene de cómo actuamos en situaciones cotidianas, tanto como en cuestiones más trascendentales. Creo que estas mujeres que representamos nos dejan saber que el camino es otro”.
Ser ellas
Una obra de Erika Halvorsen, con Ana Celentano, Anabel Cherubito y Fabiana García Lago. Los viernes a la 20 en El Tinglado, Mario Bravo 948.