En la segunda mitad del siglo pasado, Duke Ellington, Benny Goodman, Stan Getz, Cannonball Adderley, Chet Baker y Lee Konitz entre otros músicos expandieron los límites del jazz al dotarlos de la sofisticación que brindaba la utilización de arreglos en los que participaban instrumentos de cuerda.
Alondra, el disco que acaban de publicar el saxofonista Andrés Hayes al frente de su quinteto junto con la Orquesta de Cuerdas Skylark, especialmente creada para esta ocasión y dirigida por Gustavo Hernández (quien también realizó los arreglos y la dirección musical) es un trabajo heredero de esta tradición en la que reconocidos standards son encarados en formato orquestal.
Andrés Hayes ha editado anteriormente tres discos con música original: El silenciero (2009); Desde un jardín (2011) y El imperio de las luces (2013) con la participación de George Garzone.
Gustavo Hernández registró dos CD como solista: Se me escapa el Gato (2000) y Solo es Ahora (2015) y uno con su grupo Gustavo Hernández Trío, Sintiendo Amanecer (2013). Además fue pianista del Grupo Vocal Argentino durante diez años, a partir de 1994 y su director vocal del 2000 al 2005.
El Andrés Hayes Quinteto está integrado por el mismo Hayes en saxo tenor; Ernesto Jodos en piano; Hernán Merlo en contrabajo; Sergio Wagner en flugel y René Gatica en batería, mientras que la Orquesta Skylark está formada por los primeros violinistas Luis Sava (concertino); Marcelo Rebuffi; Mariana Alvarez y Quique Condomí; los segundos violinistas Irene Cadario; Eleonora Votti; Nicolás Castillo y Visto Renaudeau; las violas de Antonio Rubén Jurado, Simón da Silva y Esteban Fioroni; y los cellos de Ellen Casey y Patricio Villarejo.
La placa, registrada en vivo en el estudio, encara nueve piezas con melodías hermosamente ponderadas como Nature boy de Eden Ahbez, en la que los artistas muestran el juego que se desarrollará a lo largo de todo el álbum: una precisa sección rítmica que proporciona el sostén para las inspiradas intervenciones solistas de Hayes, Jodos y Wagner.
La orquesta se ciñe a las composiciones al aportar una llamativa riqueza de ideas en las que subraya la delicadeza de las obras, como la de «Alondra», de Johnny Mercer y Hoagy Carmichael o Laura de David Raksin y Johnny Mercer, en la que el saxo juega de manera sensual con su línea melódica.
Los arreglos de cuerdas se mecen de manera envolvente y exhiben sutiles guiños a referentes más cercanos como los de Claus Ogerman o Don Sebesky, algo que se puede comprobar en Everything happens to me de Art Pepper o I fall in love too easily de Jule Styne.
Someone to watch over me, la reconocida composición de George e Ira Gershwin, posee todos los elementos concretos para ser ejecutada por una orquesta, no obstante lo cual en esta versión se consigue explorar aún más las posibilidades dinámicas de la melodía.
The nearness of you de Hoagy Carmichael y Ned Washington, con su clima melancólico muestra el sutil intercambio sonoro entre el saxo y el flugel, al alternarse en el protagonismo de la melodía, la que finalmente es recuperada por el piano de Jodos, en tanto que I didn´t know what time it was de Richard Rodgers y Lorenz Hart se caracteriza por un una efervescente sección rítmica, en la que el contrabajo y la batería se posicionan en primer plano y permiten el lucimiento de los otros instrumentos solistas y la sección orquestal.
Star eyes de Gene De Paul y Don Raye (inmortalizada por Charlie Parker) toma de este último la audacia en los primeros compases del tema para, de a poco, encausarse rítmicamente y permitir el lucimiento de Gatica en un solo de batería que desemboca en el final con la orquesta a pleno.
Con un elenco de músicos de primer nivel y arreglos inspirados, Alondra ofrece momentos de calidad musical superlativa tomando como material sonoro un puñado de composiciones que ocupan un lugar trascendental en la historia del jazz de todas las épocas.
Andrés Hayes y Gustavo Hernández presentarán Alondra este jueves 13 de abril, 21, en Thelonius Club, Salguero 1884, CABA y el viernes 5 de mayo, 21 enTeatro de la Media Legua, Aristóbulo del Valle 199, Martínez.