En el mes en que se cumple medio siglo de los ominosos sucesos que culminaron con el derrocamiento y la muerte del presidente Salvador Allende (1908-1973) -y que, con ese hecho, pusieron fin a los postergados sueños colectivos de redención social chilena-, la Televisión Pública estrenó Los mil días de Allende, una ficción muy documentada centrada en los tres años que marcaron la épica y la caída de la experiencia de la Unidad Popular.

Por su prestigio y una larga trayectoria artística ligada a lo político y lo social -entre numerosos ejemplos, a fines de los ochenta, en el declive del pinochetismo creó la compañía de Teatro La Memoria-, nadie pondría en duda que el actor y director Alfredo Castro es el indicado para interpretar al mandatario chileno.

“Interpretar a Allende marca para mí la cúspide de un compromiso muy grande que yo siempre he tenido con lo social, un contenido político que yo he desarrollado en mi arte y que tiene mucha igualdad con el pensamiento de Allende -señala Castro-. En ese sentido fue un honor y una responsabilidad tremenda representarlo, pero siempre teniendo en claro que lo que íbamos a hacer era una evocación de Allende y no una imitación de Allende que era el peligro que corríamos”.

Respecto al proceso de composición, Castro relata que “a través de la prótesis del maquillaje buscamos aproximarnos lo más que pudiéramos a su figura física, pero internamente, emocionalmente había dos caminos: uno el político que está en todas partes, en sus discursos en donde yo no podía faltarme ni una coma, ni un punto y en donde yo tenía que imitar exactamente igual porque son registros históricos. Y hay otros registros privados, personales, los cuales con Nicolas Acuña, la guionista y otros colegas, teníamos que aproximarnos desde un imaginario inventado”.

La miniserie de cuatro capítulos tiene la particularidad de ser una coproducción de tres países -Argentina, Chile y España- mancomunados para echar luz sobre la única experiencia socialista por la vía democrática a nivel mundial, que la propaganda del régimen de Pinochet se encargó ignominiosamente de desprestigiar. “Yo tenía catorce años cuando Allende subió al poder, era un momento de mucha alegría, de mucha juventud, de mucho trabajo voluntario. La derecha se ha encargado de revisar ese tiempo y describirlo como un tiempo de caos, tristeza,  miseria, pobreza. Mi sensación y mis recuerdos evocan un tiempo político muy crítico, muy tenso, pero no cesaba de estar la esperanza, la felicidad, la promesa de un Chile nuevo, inclusivo, maravilloso en la cual la gente empezó a confiar. De hecho, la izquierda chilena ganó en la segunda votación con un 46% y eso fue lo que alertó a la derecha y aceleró el golpe. El Gobierno de Allende iba subiendo en valoración y en cariño de la gente”.

Ahondando en los recuerdos de aquel trienio allendista, Castro evoca: “Yo estudié en un liceo público y había una división muy fuerte porque estaba enclavado en un barrio de la alta burguesía donde había gente muy rica, chicos que venían de villas miserias y clase media como yo. El ambiente estaba muy polarizado y violento”.

El actor chileno Benjamín Acuña personifica en la miniserie a Fidel Castro. Curiosamente tanto Alfredo Castro como Acuña interpretaron a la Eva Perón de Copi. Excepcionalidad curiosidad que reúne a dos de los pocos actores que les tocó encarnar sendas figuras tan emblemáticas de los sueños populares latinoamericanos. “La diferencia es que la Eva Perón que me tocó hacer es una ficción desmesurada de Copi. Pero, quiera o no Copi, da cuenta de la rebeldía de Evita. Tanto Evita como Allende perviven en la memoria y aún hoy desatan pasiones. De hecho, ahora hay un homenaje en la puerta de Morande 80, en el Palacio de la Moneda, que es la puerta donde Allende circulaba y por donde salió el día del golpe. Son exhibidos los zapatos quemados de Allende”.

Consultado respecto a la importancia y a los efectos políticos que puede tener estar revisión histórica en momentos en que la derecha parece resurgir en gran parte de Latinoamérica, el actor asegura que “la ultraderecha está desatada. En Chile están escribiendo una nueva Constitución según su punto de vista donde todos los derechos que se han conseguido durante cuarenta, cincuenta años están siendo erradicados radicalmente. Como en la Argentina, estamos en un momento histórico muy violento. Hacer de Allende es un riesgo altísimo, una toma de un riesgo muy alto, pero la serie logró niveles muy altos de rating y está poniendo históricamente las cosas en su lugar. Está totalmente documentada, cada hecho que se narra está jurídicamente documentado y certificado”.

Si bien, ciertos hechos como los posibles envenenamientos de Pablo Neruda y el asesinato del ex presidente Eduardo Frei fueron descartados por la Justicia, la producción se nutre de la desclasificación de documentos de Estados Unidos, España, Brasil y la Argentina. “En los últimos años se supieron más horrores de la coordinación del Plan Cóndor. De cómo senadores y embajadores de derecha chilenos pidieron ayuda al Gobierno de Brasil para combatir a Allende”.

Castro destaca el impacto afectivo que sintió al interpretar los discursos de Allende: “Tuve que parar muchas veces porque me emocionaba mucho y Allende no tenía una emoción pública. La misma se deslizaba entre las palabras, pero no en la cadencia de su oratoria. No se daba públicamente a emocionarse. Sus discursos eran pronunciados de memoria, no había tarjetas, ni ningún sostén. Allende hablaba de corrido, sin punto ni comas y le hablaba a la gente de manera visceral, nacida de su ser. Eran discursos que apelaban a lo más humano y a lo más profundo del ser humano.”

Respecto a la controversia respecto del suicidio o asesinato, Castro aclara “Allende se mató. Está acreditadísimo. Hay un texto muy interesante de Antonin Artaud, que se llama Van Gogh suicidado por la sociedad. Mi teoría es que Allende se mató, suicidado por la ultraderecha y Estados Unidos. La sedición de la derecha fue implacable. El proyecto de la Unidad Popular fracasó entre comillas porque Estados Unidos y la derecha chilena así lo quisieron. Ojalá que la miniserie contribuya a que la historia no se vuelva a repetir”.  «

Los mil días de Allende

Creada y escrita por Leonora González Jelincic. Dirección: Nicolás Acuña. Con Alfredo Castro, Benjamín Vicuña y Pablo Capuz. Jueves a las 22:30 por la TV Pública.