La pandemia de coronavirus detuvo totalmente las industrias culturales. El teatro, la música, el cine y la ficción en televisión padecen esa parálisis cuya fecha de resolución sigue siendo un verdadero misterio. En ese marco, la TV Pública modificó su programación para –entre otras cosas– darle más lugar a las películas y series locales. El objetivo es doble: por un lado que no se rompa el vínculo con el público y, al mismo tiempo, generar ingresos para actores y directores. En ese marco se inscribe el relanzamiento de la serie «El Secretario», que la señal del Estado emite los domingos a las 21:30.
La producción escrita y dirigida por Augusto Tejada y Mario Pederneratiene como protagonista a Julio Brigante (Alejandro Awada), un secretario de un fiscalía que se destaca por su agudeza y capacidad para descubrir la trama oculta de múltiples crímenes, algunos de ellos particularmente perversos. Se trata de un policial que maneja con oficio el suspenso y herramientas del thriller. La inteligencia de Brigante y sus singulares métodos funcionan como el hilo conductor de los trece capítulos que dan lugar a las más diversas historias y delitos.
Alejandro Awada es actor querido y respetado. Durante casi 40 años construyó personajes exactos para televisión, cine y teatro. Se trata de un hombre sin estridencias que supo consumar personificaciones de lo más variadas. Acaso dos ejemplos ilustren las múltiples caras de su trabajo: Felipe, el loco querible de «Verdad Consecuencia», y su inquietante encarnación de Arquímedes Puccio en «Historia de un clan».
Awada habló con Tiempo de la feliz llegada de «El secretario» a la TV Pública (la serie se estrenó originalmente en 2015, pero solo en plataformas digitales), de los problemas de salud que lo ayudaron a cambiar su mirada de la vida y de la profesión queama, y de las dificultades y exigencias que implican vivir en cuarentena.
–Grabaste la serie hace más de cinco años. ¿Qué te pasó ahora cuando volviste a verla?
–La estoy viendo capítulo a capítulo por la TV Pública y me encontré con una serie que está muy bien realizada, que tiene una historia muy interesante, que te invita a engancharte. Porque están las cosas que van pasando, el misterio, los descubrimientos, pero son resueltos de una forma burda o tosca. La serie plantea diferentes climas y vericuetos que, a mi modo de ver, la hacen mucho más interesante. Creo que esa forma de contar está muy lograda. Me parece que la gente que le dé una oportunidad va a quedar muy conforme porque es un policial con mucho suspenso y momentos de thriller.
–¿Qué es lo que más te sedujo de Julio Brigante?
–Su obsesión por el trabajo, su compromiso, su meticulosidad. Es un tipo con una cabeza muy singular: en su mente se cruzan ficción y realidad, pero utiliza todo eso en favor de lo que quiere hacer.
–¿Te sentís identificado con la obsesión por el trabajo?
–En este momento de mi vida, no. Pero hasta no hace tanto fui muy obsesivo y detallista, me enganchaba mucho pensando las cosas y tratando de anticiparme. Uno siempre quiere hacer su trabajo de la mejor manera… No es fácil dejar atrás una forma de ser o entender el laburo, pero con el tiempo comencé a creer que muchas veces resulta más efectivo dejar que las cosas fluyan con más naturalidad, sin ponerles tanta cabeza o estarles tan encima.
–¿Ese cambio viene de un aprendizaje del oficio o de la vida?
–En mi caso, de la vida. Primero me llegó por ese lado y después uno lo va llevando al ámbito laboral. Tuve un problema importante de salud. Una neumonía muy muy fuerte que casi me manda de paseo. Pero por suerte ya estoy totalmente recuperado. Fue en el 2018, estuve una semana internado y después me llevó casi tres meses de cuidados y recuperación. Todo ese proceso me hizo replantearme muchas cosas y me ayudó a tomarme las cosas de otra manera.
–Vivimos en tiempos donde las plataformas de streaming ofrecen un aluvión de series de todos los géneros y orígenes. Sin embargo, los policiales siguen despertando el interés en todas partes del mundo. ¿A qué lo adjudicás?
–Creo que los policiales tiene como una cosa imperecedera. La gente siempre quiere saber qué pasó, cómo fue, qué motivó al asesino: y, sobre todo, cómo lo vas a descubrir. Creo que tiene mucho que ver con la curiosidad humana. A su vez, suelen acercarnos a mundos que para la mayoría de las personas son muy lejanos, lo cual genera otro factor de interés.
–Yendo un poco más allá de los policiales, la series o películas sobre la mafia o los narcos generan un gran entusiasmo también. ¿Por qué gusta tanto mirar algo que en la vida cotidiana nos causaría rechazo o pavor?
–La violencia genera fascinación. Es una parte innata del ser humano y cuando la vemos en una ficción nos convoca porque no implica los riesgos o incertidumbres que tendría en nuestras vidas. Estuve viendo la película «Los Duelistas», de Ridley Scott, y me resultó fascinante. Tiene mucho que ver con esto. Incluso uno de los protagonistas no puede evitar exponerse a situaciones violentas sin necesidad, tiene como una obsesión compulsiva por retar a duelo a múltiples adversarios. Creo que por eso, las películas policiales y de narcos o mafiosos siguen encontrando un público fiel. Aunque por supuesto, más allá del género o la temática, si la historia no está bien escrita, actuada y dirigida, no pasa nada.
–Hiciste papeles muy diversos durante tu carrera. ¿Te atraen más los personajes luminosos o los más oscuros?
–En su momento me enganchaba con personajes que podían estar parados en cualquier lado. Pero confieso que ahora me atraen más los que están del lado de valores más positivos. Me tocó interpretar papeles muy oscuros, los hice, fue un aprendizaje y lo disfruté. Incluso hacerlos también me permitió asomarme a mis partes más oscuras. Pero si en estos momentos me das a elegir, me quedo con los personajes más luminosos.
–¿Asomarse al lado más oscuro para componer un personaje puede asustar a un actor?
–Confieso que no me pasó. Nunca me dio temor interpretar a un personaje oscuro.
–Muchos consideran que esta pandemia nos va a dejar un aprendizaje y va permitir construir sociedades más justas. ¿Coincidís con esa mirada optimista?
–Creo que es un enigma lo que pasará después. Aunque definitivamente necesitamos ser más solidarios. No quiero hablar estrictamente de política, te pido mil disculpas. Pero como sociedad veo mucho desinterés por lo que le pasa a muchos. Que haya gente que intenta echar a los médicos de sus propias casas porque no los quiere como vecinos me parece un síntoma muy triste. Los argentinos no somos muy solidarios, o al menos una buena parte. Y en el mundo vemos ejemplos mucho peores: el manejo de la pandemia de (Donald) Trump es terrible, pero parece avalado por gran parte de los estadounidenses. Me duele que antepongan los negocios a la vida. Pero bueno, es la misma sociedad que hace un culto de las armas y compra balas en los supermercados. Ojalá nos demos cuenta que necesitamos un mundo más solidario. «
El secretario
Dirección y guión: Augusto Tejada y Mario Pedernera. Elenco: Alejandro Awada, Diego Alonso, Matías Apóstolo, Gonzalo Urtizberea, Lola Berthet y Claudio Rissi. Domingos a las 21:30 por la TV Pública. También disponible en Cont.ar
Una filmación que quedó en pausa
El impacto de la pandemia y la cuarentena agarró a Awada en pleno rodaje de la película «Chau Buenos Aires», del director argentino radicado en Alemania Germán Krall. «Es una historia sobre la crisis de 2001 y mi personaje es un violinista de una agrupación de tango. Se trata de una historia muy atractiva. Llevábamos una semana de rodaje y por motivos obvios tuvimos que pararlo. Esperemos poder retomar las filmaciones antes de fin de año, es unproyecto que me interesa mucho y todos los que participamos tenemos ganas de hacerlo realidad», destaca el actor.
–¿Te gusta el tango?
–Sí, mucho. No soy de seguir demasiado las nuevas propuestas, escuché algo, pero bastante poco. Lo mío va más por el lado de los clásicos, de las viejas orquestas. La construcción del tango es monumental, tiene múltiples variantes y mucha riqueza en todas sus facetas. Pero mis orquestas favoritas por lejos son las de (Osvaldo) Pugliese y (Aníbal) Troilo. «
Pandemia y creatividad
La cuarentena impone múltiples cambios en la vida cotidiana. La alteración de las rutinas y el aislamiento social son apenas dos de las dificultades a las que todos deben enfrentarse día a día. Cada cual la lleva a su manera, pero Awada destaca que busca un equilibrio entre hacer cosas, pero sin cargarse de autoimposiciones.
–¿Cómo estás viviendo la cuarentena?
–La voy llevando. Creo que estos momentos exigen de creatividad y cierta organización. Estoy solo en mi casa y me armo ciertas actividades: hago actividad física, leo, escucho música, me conecto con mi familia y seres queridos… Trato de hacer un poco de todo, sin pasarme de rosca.
–¿Qué estás escuchando y leyendo?
–Estoy a full con clásicos del rock: Led Zeppelin, Deep Purple, Pink Floyd, Queen, Black Sabbath… Son discos que en muchos casos tienen casi 50 años y sin embargo suenan atemporales, no perdieron nada de su magia. Y estoy leyendo un libro que quizás se pueda denominar de autoayuda, se llama «El poder del ahora», es de Eckhart Tolle y me está resultando muy revelador.
–Más allá de la creatividad y la organización, ¿por momentos aparece la angustia?
–Sí, es casi inevitable. Cada tanto aparece y hay que saber sobrellevarla. «