Con el estreno de la película Un novio para mi mujer, ocurrido hace diez años, Adrián Suar consiguió darle un giro muy importante a su carrera como actor. Su película anterior, El día que me amen (2003), era un melodrama mediocre en el que el actor no se lucía demasiado interpretando a un hombre autista enamorado. Pero en el film de 2008 dirigido por Juan Taratuto, Suar se jugaría decididamente por la comedia, una decisión que le permitió filmar otras tres películas (Igualita a mí, 2010; Dos más dos, 2012; y Me casé con un boludo, 2016) y con todas ellas no sólo consiguió un éxito en taquilla que superaba a sus trabajos precedentes sino que hasta comenzaba a ser mirado con más respeto por la crítica, incluso la más exigente, que sin ensalzarlo al menos le encontraba cierto valor a sus películas que de algún modo jugaban con elementos clásicos del género.
Cuando desde hace un tiempo se supo que este año Suar estrenaría una nueva comedia todo el mundo supo enseguida que había otro éxito en puerta. En ella se cuenta la historia de un hombre muy fanático del fútbol, que a causa de su excesiva pasión comienza a poner en riesgo otros aspectos de su vida, como su trabajo, su familia y su pareja. La película en cuestión es El fútbol o yo, en la que comparte cartel con la actriz Julieta Díaz y es dirigido por Marcos Carnevale, con quien el actor también coescribió el guión, y tiene fecha de estreno para el mes que viene.
Pero por estas horas El fútbol o yo se volvió imprevistamente en el centro de una inesperada trama judicial, cuando el actor fue acusado de plagio por el periodista y escritor Daniel Frescó, quien denuncia a Suar y a los responsables de la película por supuestamente copiar sin autorización la trama de su libro Enfermo de fútbol, editado en 2015 a través de la editorial Emecé. El argumento de la novela de Frescó se centra en la vida de Jesús José Miranda, un fanático extremo de fútbol, quien pierde su trabajo, deja de ver a gran parte de su familia, compra un sillón y un enorme televisor y solo se dedica a ver fútbol de todas partes del mundo, convirtiéndose en una celebridad entre aquellos que se encuentran en su misma situación. En ese contexto, su mujer lo pone contra la espada y la pared y lo obliga a elegir: «El fútbol o yo».
Ante lo que consideró similitudes importantes, Frescó radicó su denuncia por plagio contra Suar y el juez de Instrucción Guillermo Carvajal y el fiscal Martín Mainardi serán quienes tengan a cargo determinar si el delito existe o no. El autor centra sus argumentos en el título de la película (El fútbol o yo), ya que dicha frase aparece textual en la página 94 de su novela, cuando la esposa del protagonista lo emplaza a cambiar su enfermizo vínculo con el fútbol. Pero ese no es su único argumento.
En el texto de la denuncia presentada, Frescó afirma haber mantenido en 2015 conversaciones informales respecto de una posible adaptación al cine de su novela con el productor José Levy, quien junto a los mencionados Suar y Carnevale es uno de los productores de la película. Aquellas conversaciones habrían tenido lugar antes de que la novela de Frescó fuera publicada, razón por la cual fue el autor quien proveyó a Levy de un original de su propia obra inédita, tras lo cual el empresario dejó de responderle todos sus mensajes.
Cuando el escritor escuchó la noticia de la nueva película de Suar, las coincidencias le llamaron la atención. Pero no fue hasta que vio el tráiler de promoción que confirmó sus sospechas. En el texto de la denuncia también se explica que «existe plagio cuando un autor toma una obra que es de otro y procura hacerla pasar por suya, aunque la obra plagiaria presente diferencias triviales con respecto a la plagiada, rebuscadas intencionalmente para ocultar o disimular el hecho. Cuando es posible reconocer en la obra nueva a pesar de los agregados o reducciones- la individualidad de la obra precedente, se puede afirmar que la obra nueva ha falsificado a la anterior».
Además de la coincidencia en la frase que da título a la película, Frescó enumera una serie de elementos que también resultan similares entre ambas obras. Entre ellas las vivencias personales, familiares y laborales del protagonista, la trama argumental y coincidencias muy puntuales que hacen al marco narrativo y temático de los dos trabajos, su estética conceptual y su estructura argumental.