Finalmente, hoy llegó a los cines Indiana Jones y el dial del destino, la quinta entrega de la célebre franquicia que marca la despedida de Harrison Ford del arqueólogo todoterreno con el que supo conquistar a la audiencia mundial hace ya cuatro décadas atrás. En efecto, con este film se cierra un círculo que comenzó en junio de 1981 con la ya célebre Indiana Jones y los cazadores del arca perdida, la película de aventuras protagonizada por el icónico científico y profesor universitario que marcó la primera colaboración entre los realizadores Steven Spielberg y George Lucas, y que trascendió como una de las producciones más populares de la historia del cine.


En esta muy esperada entrega de la que Steven Spielberg se abrió para dejarle su puesto al director James Mangold, la acción transcurre a fines de los años ‘60. En ese marcvo histórico, el protagonista se topa de pronto con el pedido de su ahijada Helena Shaw (la genial actriz británica Phoebe Waller-Bridge), quien lo convoca para ayudarla a emprender la aventura de buscar la otra mitad del Anticitera, un artefacto creado por el célebre Arquímedes a través del cual se puede viajar en el tiempo.

Pero resulta que no son sólo ellos quienes buscan el preciado objeto: Jürgen Voller (Mads Mikkelsen), un exintegrante del Partido Nazi que disimula su nefasto pasado trabajando en la NASA, también está detrás del hallazgo que podría darle un increíble poder. Como es de prever, Indiana Jones, su sobrina y el malvado Voller recorrerán escenarios, escaparán de obstáculos impensados y por supuesto, deleitarán en grande a los espectadores. En el medio, incluso, se cruzarán con Renaldo, un capitán de barco y gran amigo del científico que interpreta nada menos que Antonio Banderas. Por supuesto, no sólo que el guión no pasa de largo sino que, por el contrario, utiliza el hecho de que el querido arqueólogo ya está atravesando su vejez y las corridas y peligros lo ponen de peor humor que de costumbre. Así que esa historia personal también llena de gracia y emoción el film.

La actriz Phoebe Waller Bridges como la sobrina del arqueólogo que lo convoca a buscar un gran secreto de la humanidad.

La historia de un éxito

Dice el cuento que Indiana Jones nació cuando Spielberg y Lucas se cruzaron en unas vacaciones en Maui. Lucas tenía hace tiempo en su cabeza a un tal «Indiana Smith» y Spielberg estaba interesado en filmar una película del también icónico agente inglés, James Bond. «Este personaje es aún mejor que Bond», le deslizó el creador del universo de Star Wars a su colega, y tras cambiarle rápidamente el apellido al arqueólogo, se pusieron manos a la obra para llevar a cabo su proyecto. Más allá de varias dificultades y desconfianza, esa primera película, Los cazadores del arca perdida no logró se concretó sino que recibió cinco estatuillas y otras cuatro candidaturas en los premios Oscar y terminó por ganarse definitivamente a la industria.

En su quinta película, Indiana Jones busca jubilarse, pero la aventura lo vuelve a llamar.

Si bien Kathleen Kennedy, actual presidente de LucasFilm, dejó entrever en declaraciones a la prensa que la despedida de Harrison Ford no supone el fin de la franquicia, Indiana Jones y el dial del destino parece una excelente despedida no sólo para el gran actor, sino para esta cautivante historia.

Indiana Jones y el dial del destino

Dirección: James Mangold. Con Harrison Ford, Phoebe Waller-Bridge, Mads Mikkelsen y Antonio Banderas. En cines.