Hoy comienza la quinta edición de Construir Cine, Festival internacional de cine sobre el trabajo, con 35 largos y 30 cortos procedentes de más de 20 países de todo el mundo, que se podrán ver hasta el 16 de mayo en tres sedes, Cine.AR Sala Gaumont (Av. Rivadavia 1635); Centro Cultural San Martín (Sarmiento 1551) y Cine York Centro Cultural Olivos (Juan Bautista Alberdi 895, Olivos, Buenos Aires).
Nos parece interesante una mirada de lo que va a venir, dice Mario Durrieu, a cargo de la programación, sobre el tema elegido para esta edición: El futuro del trabajo. Este año la reunión del G20 es el futuro del trabajo -continúa-, y nosotros quisimos aportar nuestro granito de arena más radical. Te plantean por un lado un mundo idílico del futuro del trabajo o de que habrá que reconvertirse, pero el futuro también es la incorporación de las diversidades sexuales al trabajo, como se puede ver Claudia tocada por la luna. O el futuro se puede ver en la película contraria, que muestra la explotación monstruosa en una fábrica en la India. O en la reconversión de bataclanas que llegan a los 50 y como el mercado las considera viejas se conviertene en actrices. Porque el futuro para nosotros es inclusivo, no expulsivo.
A las 20 de hoy en Cine Gaumont se podrá empezar a apreciar esa perspectiva, con la proyección del multipremiado film portugués La fábrica de nada, de Pablo Pinho, ganador entre otros del premio FIPRESCI en el Festival de Cannes. Estamos lejos de decir que el trabajo dignifica, y aunque no es la vida misma, creemos que nos atraviesa, tanto si lo tenés como no. El trabajo trae bienestar pero también problemas con la familia, con las parejas, con los afectos. Y tanto si lo tenés como no: porque podés estar haciendo un montón de cosas y no podés ver a nadie- Queremos dejar atrás la idea Norma Rae (1979, Oscar a la Mejor Actriz), la idea sobre los derechos y estamos protestando. No lo descartamos, pero nos parece que el cine ofrece más posibilidades de ver ese mundo.
Para tal tarea el equipo de programadores ha visualizado la friolera de 4200 películas. Nos sorprendió muchísimo la convocatoria, pero es un festival que viene creciendo muchísimo. La idea es empezar a gestar un festival que tenga una visión mirada cinematográfica y a la vez lo pueda ver mi tía, como digo en chiste. Por eso nos queremos alejar de la idea Norma Rae o del Labor Film Festival. Y fijate que en la programación se ve cómo intuitivamente nos damos cuenta del actual malestar. No es el 2001 pero estamos en circunstancias similares. La fábrica de nada es un buen ejemplo en ese sentido.
A Fábrica de Nada – Trailer from TERRATREME FILMES on Vimeo.
Construir cine también es original desde sus fundamentos. Entre los sellos que figuran como apoyos y financiamientos se distingue el cruce UOCRA British Council. Pero fijate qué contrariedad -remarca Durrieu- el British Council apoyó desde el primer momento, y la embajada de Francia, no: el país del capitalismo te apoya y el de la libertad, igualdad, fraternidad, no. Pero de estas contrariedades que hacen a la heterogeneidad y la riqueza del festival, hay una que es la principal: que sea una iniciativa ejecutada y financiada mayormente por la UOCRA. Alguien puede decir que gastan la plata de los trabajadores, pero es plata que queda en el país. Cada visitante que viene se aloja en un hotel, come y gasta su dinero en el país; cada voluntario del festival cobra un sueldo porque es rentado. Además del trabajo que nos genera a nosotros. Los festivales son un generador de trabajo auténtico . Y en este caso, con una libertad para programar y ejecutar que no la tengo ni yo con mí mismo, ríe Durrieu.En medio del actual estado laboral y económico de la Argentina, el festival y su tema tienen condimentos especiales. Esperamos abrir ojos -dice jugando con el cine y la mirada-. Y hacer preguntas. No somos un festival pochoclero, por más que pueda venir nuestra tía. Pero para mí lo más importante es que una persona que entra a nuestra sala se vaya con preguntas. Creo que es el aporte que podemos hacer en este momento. Y así preguntarnos qué país queremos.