Mientras la huelga del Sindicato de Actores de los Estados Unidos ya lleva casi dos meses, cada vez más referentes del arte y el espectáculo se unen a la protesta. Esta vez se trata de dos los actores más reconocidos de los últimos tiempos, nada más ni nada menos que Bryan Cranston y Aaron Paul, quienes encarnaron los roles protagónicos de Walter White y Jesse Pinkman, respectivamente, en la archifamosa Breaking Bad.
Al igual que el resto del gremio, ambos se expresaron para que los grandes estudios de la llamada «Meca del Cine», del streaming y de la industria del entretenimiento, reanuden las negociaciones con los actores en huelga. «Para ser totalmente honesto, no recibo ni un centavo de Netflix por Breaking Bad y eso es una locura para mí», dijo, categórico, Paul. «Creo que muchas de estas plataformas saben que se han salido con la suya al no pagarle a la gente un salario justo, y que ahora es el momento de pagar».
Por su parte, Cranston dijo: «Queremos que vuelvan a la mesa con nosotros», haciendo referencia a Sony Pictures, la compañía donde donde se realizaba el piquete, y en referencia a la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP). “No los vamos a convertir en enemigos. No son villanos. Estas son personas con las que todos volveremos a trabajar en algún momento. Sólo queremos que vean la realidad», agregó y aclaró que Sony, como compañía, participó de la producción de Better Call Sau‘ y el la película de Netflix también basada en Breaking Bad, El Camino.
Otros actores de la “familia” Breaking Bad que se unieron a la huelga fueron Jesse Plemons, quien jugó un papel fundamental, sobre todo en el fnal de la serie, encarnando Todd Alquist, y muchos de su spin-off, Better Call Saul, entre ellos Bob Odenkirk, Rhea Seehorn y Patrick Fabian. Peter Gould, uno de los showrunners de las tiras, ya había comenzado con los reclamos del Sindicato de Escritores y Guionistas, a los que en julio se sumó el gremio de actores.