El 5 de octubre de 1962, Los Beatles, que ya se había establecido como el grupo más popular en su Liverpool natal pero que aún gozaba de escasa popularidad en el resto del Reino Unido, hacía un tímido debut en las bateas, al lanzar “Love Me Do”, su primer single, que presentaba en la cara B “Ps. I Love You”, ambas compuestas por John Lennon y Paul McCartney.

La canción, que cuenta con la curiosidad de haber sido grabada y publicada en distintos momentos por tres bateristas distintos, no logró superar el puesto 17 en los rankings nacionales, sin embargo posibilitó que el cuarteto comenzara a ser difundido en radios y dejó señales de la revolución sonora que la banda provocaría, apenas unos meses más tarde.

La versión de este primer single, grabada con Ringo Starr en la batería el 4 de septiembre de ese año, no había conformado al productor George Martin, quien decidió hacer un nuevo intento días después con un sesionista llamado Andy White en los parches.

Un error hizo que la cinta descartada fuera la que terminara en la cara A del primer sencillo de Los Beatles; lo cual fue subsanado meses después al incluir la versión con el ignoto White en “Please, Please Me”, primer larga duración del grupo.

En tanto, circulan algunos rumores que afirman que Brian Epstein, el mánager de la banda, encargó de antemano 100 mil copias para vender en su prestigiosa cadena de disquerías, a sabiendas que era el número necesario para ingresar al top 20 de los rankings nacionales.

“Love Me Do” era un tema cuya parte central había sido compuesta por Paul y que se completó cuando John aportó ideas para el puente musical; y que fue interpretado por el grupo en la sesión de prueba para EMI ante George Martin, cuando la banda aún contaba en la batería con Pete Best.

El hecho de que Los Beatles registraran esa canción en su sesión de prueba marca la determinación que tenía el grupo de contar con material propio, algo inusual en las bandas de entonces que interpretaban temas escritos por compositores profesionales.

Es historia conocida que George Martin vio algo Los Beatles como para ficharlo para la compañía pero advirtió a Epstein que para aspirar a tener algún tipo de éxito debía contar con un baterista más idóneo.

Cuando a principios de septiembre, John, Paul y George Harrison se presentaron con Ringo como nuevo baterista, el productor accedió a regañadientes a grabar porque ya había planeado contar con un sesionista profesional.

Tras la prueba, Martin no quedó conforme con el golpe del bombo y percibió que esa falta de precisión hacía que el resto del grupo no sonara tan seguro. Por ese motivo, organizó una nueva sesión para 11 de septiembre con Andy White en la batería y, como para no relegarlo del todo, le encargó a Ringo que sumara una pandereta.

Esta versión es la que finalmente puede escucharse en el larga duración “Please, Please Me”, que efectivamente muestra al grupo más sólido, tanto en las voces como en el diálogo entre el bajo y la batería. Allí también desaparecieron las palmas añadidas en el registro que fue a parar por error al single. Por su parte, la prueba con Pete Best se editó en la serie “Anthology”, de los años ’90.

En el plano musical, aún dentro de su sencillez de apenas tres acordes de los más utilizados, “Love Me Do” presentaba algunas curiosidades que darían indicios de la inquietud artística de Los Beatles, la cual tuvo un fiel intérprete material en George Martin.

Así destaca el uso de la armónica, un elemento tradicional en el blues, que iniciaría una larga tradición en la banda en cuanto a la inclusión de distintos instrumentos y sonidos, y no limitarse a la formación de dos guitarras, bajo y batería. En sus primeros años, la armónica sería una especie de muletilla para el grupo.


Otra curiosidad es el trabajo en las armonías vocales, con distancias de quintas entre John y Paul, cuando lo común era que la combinación de voces fuera con terceras. Además de dejar afuera a la nota que marca si se está en presencia de una tonalidad mayor o menor, lo cual da un carácter indefinido, también deja libre el espacio para invitar al oyente a sumar su voz, una particularidad señalada por Charly García en las charlas mantenidas con los periodistas Daniel Riera y Fernando Sánchez, publicadas en el libro “García. 15 años de entrevistas con Charly (1992-2007)”.

Aunque todas estas cuestiones no fueron explícitas en un primer momento por la crítica, la realidad es que la canción sonaba diferente a los éxitos de la época cuando se entremezclaba en la programación de Radio Luxemburgo, la primera emisora que prestó atención a la banda de Liverpool.

El single tuvo un moderado éxito al momento de su lanzamiento, lo cual no debería sorprender debido a que el grupo aún no gozaba de gran popularidad en el resto del país. Lo curioso es que muchas integrantes del séquito de fieles fans que día a día abarrotaban desde hacía un largo tiempo The Cavern, el reducto de Liverpool en donde actuaba habitualmente, tampoco compraron el disco para evitar que la banda alcanzara fama nacional y se mudara a Londres, lo cual indefectiblemente ocurriría más adelante.

Por supuesto que este primer testimonio oficial de Los Beatles sí sería vendido de manera masiva varios meses después, cuando el grupo finalmente se consagró a nivel nacional, traspasó las fronteras y cambió para siempre la historia de la música pop.

* Télam