Hace tres décadas atrás se estrenaba en la televisión La Niñera (The Nanny), la sitcom creada por Fran Drescher y Peter Marc Jacobson que revolucionó al mundo entero con una singular mezcla de humor mordaz, costumbrismo neoyorquino, gags efectivos y por supuesto, mucha ternura y grandes actuaciones. Partiendo de una estructura bastante conocida, la de la joven “simple” que llega a la casa de una familia conservadora pera devolverle la vitalidad a todos y cada uno de sus integrantes, la comedia que debutó en CBS pronto se convirtió en una gran referente del género.
La protagonista, encarnada por la misma Drescher, era una chica judía de Queens, quien conseguía -casi sin quererlo- un empleo en la mansión del viudo aristócrata Maxell Sheffield (Charles Shaughnessy), productor de Broadway. Además de sembrar desde el minuto cero la expectativa de un encuentro romántico entre los dos personajes (la recién llegada y el dueño de casa, padre de tres hijos), desde luego también se trataba del encuentro de dos mundos: el del barrio, representado por la niñera, su familia y conocidos, y el de los ricachones y su séquito.
Además de utilizar de manera brillante todos los recursos del grotesco (un rasgo que caracetrizó a todos los personajes principales), la “nana Fine” tenía otras herramintas para llamar la atención, como su colorinche y original guardarropas.
Desde su estreno el 3 de noviembre de 1993 hasta su fin en 1999, la serie mostró las mil peripecias de Fran por ocultar sus metidas de pata al cuidado de los pequeños Maggie, Brighton y Grace (Nicholle Tom, Benjamin Salisbury, Madeline Zima); así como la guerra casi abierta que se declararon con la muy chic y malvada CC Babcock (Lauren Lane) por el amor de Max, a quien solía combatir con el genial mayordomo inglés de filosísima lengua, Niles (Daniel Davis). Mención aparte merecen las geniales Yetta (Ann Morgan Guilbert), como la abuela de la niñera, y Sylvia (Renee Taylor), su madre.
Una actriz comprometida
Fran Fine tuvo su película, La niñera y el presidente, en 1997, y después del final de la serie, a pesar de algunos amagues de Drescher, quien llegó a decir que pensaba hacer un musical, la reunión de los personajes en un nuevo proyecto artístico nunca llegó.
En los últimos meses, la actriz nacida en 1957 volvió a copar la escena mediática por su estar a la cabeza del Sindicato de Actores de Estados Unidos (SAG-AFTRA) y de la huelga que el gremio lleva adelante junto con los guionistas, en reclamo por una mayor participación de las ganancias y mejoras laborales a las mega compañías de entretenimiento.