La década del ’80 fue convulsiva para muchas bandas de la Costa Este estadounidense, pero para casi ninguna lo fue tanto como para Metallica: comenzó en la génesis de la historia con la formación del grupo y la expulsión de Dave Mustaine de sus filas, lo que inauguró uno de los cismas del género tras la inmediata fundación de Megadeth. Luego, un crecimiento exponencial con su trilogía debut de álbumes de estudio: Kill ‘Em All (1983), Ride the Lightning (1984) y Master of Puppets (1986). Inmediatamente después, la tragedia: el micro que los transportaba por Suecia en el marco de su gira europea volcó y mató al bajista Cliff Burton. La agrupación cerró el decenio lanzando…And Justice for All (1988), claramente afectados por la montaña rusa de emociones que significaron esos años tanto para Metallica como para las biografías personales de sus integrantes.
El 12 de agosto de 1991 fue la piedra basal de una nueva etapa de la banda: lanzaron un disco homónimo, popularmente conocido como The Black Album (con la producción de Bob Rock) debido a su inconfundible arte de tapa íntegramente negra, en la que sólo se vislumbra el nombre del grupo y la serpiente de cascabel de la independentista bandera de Gadsden. Se trata de una obra de doce canciones que, en poco más de una hora, convirtió a la placa en una de las piezas musicales más exitosas y logradas de aquel año, un dato no menor teniendo en cuenta que, al mes siguiente, saldrían al mercado Use Your Illusion de Guns n’ Roses, Blood Sugar Sex Magik de Red Hot Chili Peppers y Nevermind de Nirvana, sólo para nombrar algunos ejemplos representativos de lo que acontecía en la industria musical mainstream de la época.
Con los líderes y fundadores James Hetfield en voz y guitarra y Lars Ulrich en batería, el histórico Kirk Hammett en guitarra y el -un poco menos- resistido Jason Newsted en bajo, El álbum negro abre con uno de los clásicos arrolladores de Metallica: “Enter Sandman”, que narra, tanto desde la composición musical como en el videoclip, las terroríficas posibilidades que acechan en la comunión entre las plegarias religiosas y los sueños/pesadillas infantiles. La placa continúa con otro de los éxitos inoxidables del grupo, “Sad Bad True”, de riff lento y pesado, cuyo video muestra el frenesí de los seguidores de Metallica seguido de la ejecución del tema en vivo. La tercera canción es “Holier Than Thou”, la más breve del álbum, una declaración de principios frente a los señalamientos ajenos. El cuarto track del disco es considerado como una de las mejores baladas del rock; también cuenta con videoclip y es uno de los mayores hits de la banda: “The Unforgiven”, que incluso tuvo secuelas en ReLoad (1997) y Death Magnetic (2008).
Luego de este arrollador quinteto de canciones es el turno de “Wherever I May Roam”, que comienza ¡con un sitar! y cuyo videoclip responde al canon de la época en lo que a ese género respecta, mostrando el recorrido del grupo camino hacia un concierto, la prueba de sonido y, finalmente, el show a pleno. Este track le da paso a “Don’t Tread On Me”, el más rockero de la lista, y a “Through The Never”, concepto elegido por el grupo en 2013 para titular su propio largometraje. “The Unforgiven” es una de las baladas más representativas del género, definitivamente el octavo tema es su hermano mayor: en “Nothing Else Matters” la banda encuentra uno de los puntos más altos de su extensa carrera y, particularmente Hetfield, un registro vocal notable.
La placa cierra con “Of Wolf And Man” -con un riff hecho a imagen y semejanza del headbanging-, “The God That Failed” -en la que se luce la química entre Ulrich y Hammett-, “My Friendo Of Misery” -la canción más larga, de casi siete minutos, además de ser la performance más destacada de Newsted en el disco y, quizás, de toda su estadía en el grupo-, y “The Struggle Within” -que retoma la prédica bélica del arte de tapa y comienza con un redoblante que llama a la acción y concluye el disco con un ritmo frenético-.
Metallica, The Black Album o El album negro: su nomenclatura puede variar, pero lo que no cambia es la vigencia de esta obra fundamental que abrió la década del ’90 como, probablemente, la última en la que se publicarían discos clásicos antes de que la industria musical cambiara para siempre. Tan es así que, treinta años después, el grupo anunció el lanzamiento de The Metallica Blacklist, un disco en el que 53 artistas de los géneros más variados homenajearán a esta placa que, como la negra serpiente cascabel de su tapa, está lista para atacar a quien se interponga en su camino.
-El álbum negro fue editado el 12 de agosto de 2001.