El 8 de junio se cumplirán 20 años de Californication, el séptimo álbum de Red Hot Chilli Peppers. Considerado por los fans como el último gran lanzamiento discográfico de la banda, se trata de un disco que contiene varios clásicos del cuarteto de Los Angeles.
Producido por Rick Rubin, Californication alberga composiciones que hasta hoy el grupo de Anthony Kiedis sigue tocando en sus shows, tales como “Scar Tissue”, “Porcelain”, “Around the world” o el tema que le da nombre al disco. En contraposición al anterior lanzamiento de la banda (One hot minute), el álbum fue muy bien recepcionado, aunque no alcanzó los niveles del que unanimente es considerado el mejor disco del grupo, el multivendedor “Blood, sugar, sex, magik” (1991).
Por otro lado, el álbum representa el regreso del que tal vez sea el guitarrista más recordado de la banda, John Frusciante, en reemplazo del ex Jane´s Addiction Dave Navarro. Como muchos álbumes celebrados, la producción ostenta ciertas rarezas que son dignas de mencionarse.
La producción del disco se le ofreció originalmente a David Bowie, pero el cantante declinó del proyecto sin demasiadas excusas. En su lugar entró Rick Rubin, que sí escuchó los temas y terminó por situarse al mando de la consola de grabación del proyecto.
El tema que da nombre al álbum casi estuvo a punto de no ser incluido en el corte final. En un principio no figuraba entre los 15 temas que fueron parte de lo que más tarde sería Californication. Es que esa canción en particular resultaba complicada para todos los miembros de RHCHP menos para Frusciante. Pero a sólo dos días de entrar a registrar los temas al guitarrista se le ocurrió reformular algunas partes de la canción y todo el resto de la banda sintonizó con las nuevas ideas. El resultado fue tan aceptado que todos terminaron llamando al disco de la manera en que hoy lo conocemos.
El tema llamado “Emit Remmus” se iba a llamar “Summer Time”, pero Frusciante grabó una parte de guitarra al revés, y entonces la canción también cambió su nombre en esa dirección.
El disco vendió 6 millones de copias físicas en Estados Unidos, en nuestro país poco más de 200 mil, y sumando al resto del mundo las ventas superaron los 16 millones de discos vendidos.