Por estos días, el rock está de celebraciones por el aniversario de uno de sus discos más emblemáticos. Se trata de los 50 años del lanzamiento del primer álbum de New York Dolls, uno de los grupos más célebres del glam rock que influenció a varias generaciones. La banda se formó en 1971 y de inmediato comenzaron a tocar en cuanto local los aceptase en Nueva York. La primera y mítica formación del grupo, la que saltó a los escenarios para shockear con su música e imagen estaba formada por el cantante David Johansen, los guitarristas Johnny Thunders y Sylvain Sylvain, el bajista Arthur Kane y el baterista Billy Murcia.
Sus shows a base de rock distorsionado y potencia escénica pensada para molestar, los hizo rápidamente conocidos en la escena salvaje de la ciudad, y luego de tocar en pubs que llenaron rápidamente, saltaron al mítico Max´s Kansas City, conocido por haber sido la casa de Lou Reed y sus Velvet Underground. Después de la muerte de Murcia por consumo de sustancias, el quinteto entró a grabar su mítico disco debut con la producción de Todd Rundgren, que fue publicado en 1973. El álbum es una especie de catarsis de todos sus miembros, donde se incluyen canciones de rock sencillo y directo junto a un sonido decididamente ruidoso y rápido para la época. Las letras, lejos de la poesía, mencionaban de manera directa el mundo de las drogas que habitaba por las múltiples esquinas de la gran manzana, pero también hacía mención a la existencia de los problemas sociales múltiples de los años setenta.
El álbum contenía composiciones que con el tiempo se convirtieron en clásicos no solamente de la banda. Canciones “Pills”, “Trash” o la celebrada “Personality Crisis”, ya desde sus títulos dejaban en claro por dónde venía el camino y la discursividad de la banda. Y si desde el interior se buscaba sacudir con música, desde la tapa del disco el grupo aportó su imagen de sexualidad ambigua como carta de presentación formal.
La fecha de salida del disco fue el 27 de julio de 1973, y aunque no vendió lo esperado, el álbum fue ampliamente recibido de la mejor forma por la prensa como uno de los mejores de su año. Hoy, a cincuenta años del lanzamiento, el rock del mundo celebra la sobrevida de uno de los mejores discos de su historia.