Con la llegada del Gobierno de Javier Milei y su posterior desregulación del Instituto Nacional de Yerba Mate (INYM), el sector cayó nuevamente en la zona del libre mercado, con grandes empresas que pagan menos el valor de la materia prima y a sus productores. De esa forma, finalizando el 2024, los yerbateros ven cómo los precios no aumentan, pero al mismo tiempo el consumo de los paquetes no se mueve de las góndolas. Como ocurre en este tipo de escenarios, las más afectadas son las cooperativas.

Según el propio INYM, entre enero y septiembre de 2024, los establecimientos de secado procesaron un total de 968.057.487 kilogramos de hoja verde, lo cual representa el mayor avance de cosecha acumulado hasta el mes de septiembre en los últimos cinco años. Se trata de un 21,8 por ciento por encima del promedio del período 2020-2023 y 31,7% por encima del nivel registrado en 2023.

Sin embargo, y según analizó el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), el consumo de la yerba mate cayó 8,8% interanual en los primeros nueve meses del año. El registro acumulado de enero a septiembre de 2024 es el peor de los últimos nueve años y se encuentra a 10 puntos abajo del pico de experimentado en 2021. «Los datos estadísticos registrados por el INYM revelan que, durante septiembre pasado, el volumen de yerba mate elaborada a salida de molino alcanzó 23,8 toneladas: apenas 0,8% por sobre el nivel de septiembre 2023», dijeron en el informe.

Este contexto tiene una explicación. Como ya explicó este medio, a través del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023, se anularon varias funciones del INYM; entre ellas, fijar el precio de la hoja verde y de la yerba mate cancha, que es la que recibe el primer proceso de secado previo a la molienda y a la posterior industrialización. Ese es su rol principal, pero también entre sus funciones están el establecer determinados parámetros para la actividad, donde todos los actores del sector patricipaban.

yerba mate

Competencia desigual en la yerba mate

El presidente de la Federación de Cooperativas Agrícolas de Misiones Ltda. (FEDECOOP), Gerardo Vallejos, explicó a ANSOL que en este contexto «las más afectadas son las cooperativas, porque un consejo de administración que debe buscar la mejor rentabilidad y mejor precio, tiene que salir a competir con otras empresas no cooperativas que pugnan por pagar el menor precio posible».

Según Vallejos, «ese mayor precio que busca darle la cooperativa a su propio asociado se transforma en mayor costo de producción, al poner en el paquete una materia prima más cara, por lo que ya tiene incidencia en ese extremo. Y si después esa cooperativa sale a competir en góndola, se ven obligadas a bajar su precio y por ende su rentabilidad, por lo que la afectación es en ambos extremos».

Por eso, hoy en las cooperativas yerbateras «se pugna por no perder el espacio en la góndola y la única forma de hacerlo en este contexto es bajando el precio del producto, para competir con las empresas que tienen esos precios porque han bajado directamente el valor que pagan por la materia prima, ya sea hoja verde o yerba mate canchada».

Vallejos, por otro lado, dijo que «en lo personal, no veo que haya bajado el consumo de la yerba, pasa que antes las expectativas de aumentos de precios en grandes cadenas hicieron que se llenen de stock y que luego no repusieron con la misma rapidez ante la baja del precio. Esta baja del precio estuvo incidida tanto por el menor precio que se pagó al productor como por la yerba mate canchada que se compra a los secaderos».

Por último, recordó que «las grandes cadenas siguen manteniendo su rentabilidad, pero sí ha caído estrepitosamente la rentabilidad al productor y a los secaderos, porque el productor gana muchísimo menos que cuando estaba fijado por el INYM».