La convocatoria a un paro de 36 horas está en un sube y baja. Luego de que los máximos referentes de la CGT, Héctor Daer y Carlos Acuña, salieran a presentar con énfasis la medida de fuerza el miércoles pasado, aparecieron nuevas señales que relativizaron su realización.
De acuerdo con portavoces de la central sindical que hablaron bajo condición de anonimato con Tiempo, en la CGT están a la espera de contactos informales con funcionarios del gobierno nacional que abran la puerta a una reunión oficial entre el Consejo Directivo de la CGT y el gabinete económico de la administración Cambiemos.
La fuente sindical aseguró que los contactos con el gobierno están cortados desde antes del último paro nacional de 24 horas, que se realizó el 25 de septiembre y que fue masivo.
Además, en el entorno de Daer se considera que un camino de diálogo con el gobierno nacional debería servir para que el gobierno se muestre dispuesto a discutir alternativas a su actual política económica, lo que equivaldría a aplicar los cambios que el sector sindical reclama.
Daer dijo el miércoles pasado que «nosotros no vamos a desechar nunca una medida de fuerza si el gobierno no entiende que tiene que modificar este rumbo». En declaraciones radiales, el dirigente sindical agregó que el tema del paro se estaba pensando en la directiva de la CGT.
En tanto, Acuña fue algo más preciso que Daer y aseguró que «si este gobierno sigue insistiendo con esta política económica, a mediados de noviembre se va a convocar a un paro seguramente. Posiblemente sea un paro de 36 horas con una movilización».
Pero el viernes pasado, Roberto Fernández, secretario General de la UTA, le bajó el tono a estas declaraciones al indicar a la radio Futurock que «la alternativa que yo conozco, evaluando la situación que estamos viviendo, es la de una mesa de concertación, y si el gobierno no acepta vamos a tener que tomar la medida de hacer un paro».
La fuente de la CGT consultada por Tiempo ratificó estas apreciaciones de Fernández. «No hay mucho tiempo. Los salarios están cayendo, la inflación sigue subiendo y el desempleo va a estar cada vez más fuerte por el cierre de las pymes, que son las más golpeadas por el modelo», agregó.
Tal como expresó Daer, en la CGT se está «pensando» en un nuevo paro. Pero para concretarlo falta recorrer un trecho grande. Esto no sólo en el sentido de que los cuerpos orgánicos correspondientes de la CGT se tienen que pronunciar en favor de la medida, sino que el paro estará cruzado por la situación interna de la CGT y la marcha de la unidad peronista de cara al próximo año electoral.
Respecto del primer punto, pesa la formación de un nuevo polo sindical, el Fresimona, que agrupa al moyanismo y a sindicatos que se referencian en la Corriente Federal de Trabajadores, además del Smata, hasta ahora con juego propio respecto de todos los bloques.
Pero también pesa la cada vez mayor fractura sindical, que le quita fuerza a los reclamos. Por ejemplo, el miércoles un sector del sindicalismo estará en el Congreso contra la votación del Presupuesto 2019, mientras que el núcleo de la CGT no lo hará. El problema es que ese Presupuesto consolida los reclamos por los cuales la CGT convocaría aún paro de 36 horas.
En cuanto al segundo punto, Daer fue uno de los protagonistas del reciente acto peronista en Tucumán. El sindicalista aspira a jugar un rol en las negociaciones dentro del PJ de cara a las elecciones del año próximo. Y no puede descartarse que esa necesidad dirija sus decisiones sindicales de aquí en más. «