El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) dio a conocer los valores de las canastas que se utilizan para medir la pobreza y la indigencia, que continúan en una senda de crecimiento alarmante.
La Canasta Básica Alimentaria (CBT – Indigencia) creció en abril un 1,8 por ciento, con respecto marzo. En tanto, la Canasta Básica Total (CBT – Pobreza) subió un 2,6%. Si bien ambas estuvieron por debajo de la inflación general que marcó el Indec para abril (3,4), los porcentajes fueron mayores a los obtenidos en abril de 2018. Por tanto, a nivel interanual (últimos doce meses), ambas canastas incrementaron su valor.
Así las cosas, la variación interanual de la CBA es de 66,1%, mientras que la de la CBT es de 61,5%. Estos números superan a la inflación general interanual (55,8%) por 10 y 5 puntos porcentuales, respectivamente. Esto significa que los principales perdedores del circuito inflacionario son los pobres e indigentes.
El informe muestra también cuánto dinero necesita un individuo y una familia para no caer por debajo de la línea de la pobreza y de la indigencia. En este sentido, un varón adulto propietario de la vivienda necesita $ 3.833,28 para no ser indigente y $ 9.544,87 para no ser pobre.
Una familia propietaria de la vivienda y compuesta por dos adultos y dos menores necesita $ 11.844,84 para no ser indigente y $ 29.493,65 para no ser pobre.
Por su parte, la Dirección General de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires determinó que un varón adulto propietario de la vivienda necesita $ 4.710,06 para no ser indigente y $ 10.845,67 para no ser pobre.
En tanto, una familia propietaria de vivienda compuesta por dos adultos y dos menores necesita $ 14.365,68 para no ser indigente y $ 29.304,13 para no ser pobre.