La “sensación térmica” de la inflación bajó unas décimas, aunque todavía se mantiene en valores elevados. Una encuesta realizada por el Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Universidad Torcuato Di Tella mostró un descenso en las expectativas sobre la suba de precios por parte de la población.

De acuerdo al trabajo, realizado en todo el país, y tomando el promedio de la distribución de respuestas, la inflación esperada para los próximos doce meses bajó a 94,1%. Ese número es 2,5 puntos porcentuales menor que el registrado por el mismo relevamiento en mayo pasado.

Aun así, la mediana (el valor central que deja la mitad de las respuestas por encima y la otra mitad por debajo) se ubicó en 100%, lo que indica que gran cantidad de los encuestados contestó en torno a esa cifra cuando se le preguntó sobre lo que sucederá en el período junio 2023-mayo 2024.

Lo llamativo es que la expectativa sobre una baja en ese valor es mayor en los sectores de ingresos más altos. En ese universo esperan una caída de 5,3 puntos porcentuales. En cambio, en los hogares con ingresos más bajos creen que la inflación subirá en promedio 1,9 puntos.

“Si al mismo tiempo lo desagregamos por regiones, se puede observar que las expectativas de inflación en promedio percibida por los hogares con un menor nivel educativo son de 94% para Capital, 90% para GBA y 95% para el Interior, mientras que para los individuos con un mayor nivel educativo los promedios son de 98%, 96% y 94% respectivamente”, dice el informe, basado en una muestra de 1.001 casos y con un margen de error estadístico de 3,5%.

La leve caída que refleja el estudio tiene su correlato con los relevamientos que vienen realizando encuestadoras privadas, que ratifican una tendencia declinante, sobre todo en los rubros de alimentos y bebidas. El promedio móvil de las últimas cuatro semanas que realizan varias de ellas arrojan predicciones cercanas al 7% mensual. Si ese número se confirmara, significaría una reducción comparada con el 8,4% de abril y el 7,8% de mayo que convalidó el Indec.

El mismo organismo estadístico, además, detectó que la categoría Alimentos y bebidas no alcohólicas, que engloba los mayores consumos de las familias (sobre todo las de menores ingresos), subió en mayo 5,8%, bastante menos que el promedio general. La tendencia inversa, en cambio, se produjo en los bienes y servicios regulados, que subieron 9%, por encima del resto.

En el Ministerio de Economía, donde también se entusiasman con sus propias mediciones y esperan perforar el piso del 7% en junio, recuerdan que los aumentos ya convenidos en diversos rubros (Precios Justos, combustibles, Internet, TV por cable, telefonía y educación privada, entre otros) son bastante inferiores a ese porcentaje y ayudarían a tirar para abajo el promedio general. Los que estarán por encima son los incrementos ya acordados para las prepagas (8,5% desde julio) y el transporte público (8%).