«En seis meses estaremos en condiciones de licitar la red 5G. La decisión se terminará de concretar junto con Jefatura de Gabinete y Presidencia». Así lo aseguró el presidente del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), Claudio Ambrosini, en diálogo con Tiempo. El proceso de implementación de esta quinta generación de las tecnologías y estándares de comunicación inalámbrica parece que tendrá una etapa clave en 2022. Al respecto, la autoridad del organismo afirmó que hay sectores industriales que esperan con ansias su utilización, como el portuario, petrolero y automotriz.
El modelo 5G se presenta como una evolución notable del 4G. Según el especialista en tecnología Ariel Corgatelli, la clave de la nueva red es su latencia, es decir, el tiempo entre que «el usuario manda la orden en un dispositivo, regresa la información y se realiza». Estimó, además, que en términos de conectividad y comunicación, «el 5G podría superar a la tecnología de wifi que conocemos» y por «necesitar una infraestructura más chica» podrá «haber antenas más chicas, más económicas y desparramadas por todos lados.»
Así, transmitir un video de ultra alta definición para seguridad y misiones críticas, el manejo autónomo de vehículos, la híper especialización en la cirugía y asistencia médica a distancia, y el control y automatización industrial, pueden ser algunos de los usos que formen parte de la transformación digital social, económica e industrial del 5G.
Por su trascendencia a nivel global y el avance en el plano local, la nueva tecnología tuvo lugar en la agenda de Alberto Fernández en su paso por China, potencia que instaló cerca de un millón de estaciones base (antenas) 5G, casi el 80% del total mundial, y que a finales de 2023 espera superar los 560 millones de usuarios, para entonces el 35% a nivel global, según datos oficiales recabados por el Observatorio Nacional 5G de España.
Bajo la misma lógica, Fernández realizó una visita al Centro Tecnológico de Huawei, ubicado en Beijing. La empresa es líder en la provisión de infraestructura tanto para 4G como 5G: equipos de redes, radiobases y dispositivos. A nivel nacional, Nokia y Ericsson son sus competidoras. Este diario contactó a ambas empresas que prefirieron no hacer comentarios para esta nota.
«No es casual liderar el sector, la empresa invierte el 15% de sus ingresos en Investigación y Desarrollo», dijeron desde Huawei.
Sin embargo, su expansión a escala mundial encuentra limitaciones, principalmente en Estados Unidos, que desde la administración de Donald Trump aplicó diversas trabas para convencer a los operadores de telecomunicaciones de no usar los productos de Huawei. El motivo: presunto espionaje y robo de información que terminaría en manos del gobierno chino.
EE UU no acompañó las acusaciones con pruebas, pero mantiene su posición e incluso incita a diversos países a seguir por el mismo camino. Logró ecos en Reino Unido y Suecia, entre otros países europeos, además de Australia. «Es un conflicto geopolítico con intereses comerciales detrás, porque Estados Unidos se quedó atrás en la provisión de equipamientos 5G e hizo un lobby impresionante para prohibir Huawei. Nuestra empresa no da servicio 5G, no es un operador, vendemos equipamiento para los que lo son, entonces no manejamos la gestión de datos. Pero EE UU sabe comunicar muy bien y aprovecha la desinformación», aseguraron a Tiempo desde la tecnológica china.
En la misma línea, Corgatelli agregó que EE UU «no pudo demostrar información reveladora» y que no por casualidad el veto a Huawei se dio «luego de superar a Apple y a un paso de hacerlo con Samsung», como número uno en celulares.
La Embajada estadounidense en Buenos Aires también ha manifestado desconfianza respecto del uso de tecnología Huawei y su integración en el avance del 5G en Argentina. Este medio consultó si podrían existir tensiones en la relación bilateral por mantener negociaciones con la empresa. Ambrosini enfatizó en que el Enacom «solo administra las subastas del espectro entre licenciatarios de telecomunicaciones» y que mantiene «un principio de neutralidad tecnológica» que permite que «cualquiera sea proveedor de los licenciatarios». Ir más allá de esa competencia podría interpretarse como un exceso de regulación estatal.
Por otro lado, enfatizó en que Personal, Claro y Movistar «quieren rápidamente participar de la licitación del 5G y comprar espectro», incluso independientemente de la judicialización del DNU 690, aquel que declaró esenciales a los servicios de TV paga, Internet y celulares y estableció que sus incrementos de precios deben ser autorizados por el Enacom, y de las disputas generadas en torno a esta política.
«No manifiestan problemas o un desincentivo. Es independiente el proceso judicial de la red 4G o 5G, acá avanzamos en el progreso de la tecnología», afirmó Ambrosini.
Por lo pronto, el Enacom ya identificó las bandas de frecuencias por donde pasará la nueva red. «Ahora estamos desarrollando relevamientos técnicos y financieros», explicó Ambrosini y detalló cuestiones como el valor de la banda y disponibilidad, alcance del servicio y condiciones en la implementación, por ejemplo.
De todos modos, aclaró que la redes de 4G y 5G seguirán conviviendo «por bastante tiempo» y que el primer impacto se verá en la industria antes que en los usuarios. «No cambiará tanto bajar una película en un minuto o en siete como reducir el tiempo de un proceso productivo de cuarenta a cuatro segundos», ejemplificó el presidente del organismo. «