El final de la luna de miel entre la CGT y el gobierno nacional sumó a uno de los sectores clave por su capacidad de incidir en la adhesión de los trabajadores a un paro nacional: transporte. El secretario general de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), Roberto Fernández, confirmó que el sindicato que encabeza y los demás gremios del sector no sólo participarán de la marcha convocada para el 7 de marzo al Ministerio de la Producción, sino que se plegarán al paro nacional anunciado por la cúpula cegetista para la segunda quincena de ese mes. «Acá se prometió mucho y no se hizo nada», señaló el dirigente en declaraciones radiales, y sostuvo que en los gremios están «muy preocupados» porque, si bien conocen «la situación del país que recibió este gobierno, después de un año no se ha solucionado nada».
Para el dirigente, las conversaciones con el gobierno hasta el momento fueron buenas e importantes pero soluciones, ninguna». El secretario general de la UTA remarcó que, pese a lo acordado en la Mesa para la Producción y el Trabajo, «la situación cada vez se agrava más, hay cada vez más despidos y más suspensiones, y la industria está paralizada completamente».
También, sin dejar de reconocer que el diálogo tiene que existir, Fernández reclamó que las conversaciones se lleven directamente con el Presidente: «El diálogo es lo que nosotros buscamos y que el presidente nos diga en una mesa, conjuntamente con los empresarios, qué camino va a ser, reclamó.
Por su parte, el secretario general del Sindicato de Canillitas y diputado nacional, Omar Plaini, reiteró su evaluación negativa de las conversaciones mantenidas hasta el momento y sentenció: «No tiene sentido seguir con el diálogo, el 7 de marzo los gremios industriales harán una marcha que será muy grande». También en declaraciones radiales, el legislador y sindicalista reconoció que «la pasividad del Gobierno para respetar el acuerdo antidespidos fue alarmante». En ese contexto, «la tensión social se profundiza» advirtió.