El sistema de compras comunitarias Todos Comen es una propuesta novedosa en el panorama de las ofertas de comercialización de productos de la economía popular. Además de acercar en cadenas cortas de consumo a pequeños productores y consumidores, el programa contempla seis líneas diferentes de acción que permiten llegar a fondo con la idea de modificar los hábitos de consumo para que todos, aun los sectores más vulnerados, puedan acceder a alimentos de calidad y a un muy buen precio.
Todos Comen se inició a fines de octubre de 2018 en el Instituto para la Producción Popular (IPP), cuyo coordinador es Enrique Mario Martínez (Presidente del INTI entre 2003 y 2011). El desafío fue contactar a productores populares que buscan subsistir dignamente atendiendo la necesidad de alimentarse, vincularlos con consumidores dispuestos a cambiar su forma tradicional de consumir, y desarrollar escenarios de organización y comercialización que no se asuman como negocio sino como un servicio.
Aprovechando la experiencia de Más Cerca es Más Justo, otro programa de alimentos del IPP y de otros sistemas comunitarios, Todos Comen busca ampliar el alcance del consumo de productos de la economía popular con un esquema de formación de precios que permite a los productores decidir cuánto ganan por su trabajo y que los alimentos lleguen a más consumidores con el mínimo posible de recarga.
«Todo consumidor tiene la posibilidad de sumarse, con formatos flexibles, que culminan en la propuesta del consumo popular organizado. Si pensamos y hacemos de manera colectiva, el beneficio que aparece es comprar a la agricultura familiar y a la industria pequeña a precios inmejorables y contribuir a crear una base de confianza mutua que nos haga ver el día de mañana de otro modo. Hay que dejar de mirar el partido desde la platea y animarse a pisar la cancha», propone Enrique Martínez.
Los «formatos flexibles» consisten en seis líneas de distribución de los alimentos que abarcan Almacenes Populares en barrios humildes; grupos de compras comunitarias de vecinos; el abastecimiento a comedores y merenderos de organizaciones sociales y políticas; la distribución en empresas con sentido social para que sus trabajadores participen del programa; la articulación con ámbitos universitarios, sindicatos y municipios.
Desde su puesta en marcha, Todos Comen ha organizado 40 puntos de distribución en el Conurbano bonaerense; distribuye bolsones para empleados de una empresa de cosméticos de San Martín; abastece a comedores populares de Tigre; avanza en acuerdos con municipios, sindicatos y organizaciones sociales, y empieza a tejer las primeras redes de vecinos que se juntan para hacer pedidos colectivos en la Ciudad de Buenos Aires.
En ese entramado también suma a productores de todo el país. La UST, del Movimiento Campesino Indígena de Mendoza; empresas recuperadas como la láctea Séptimo Varón, la aceitera La Matanza y la harinera Sicsa; cooperativas como la productora de yerba Orambaé, de Misiones, y un número creciente de pequeños productores que tienen serias dificultades para acceder a un mercado concentrado que los ignora o los explota. «