La previa a la reunión del Consejo Directivo de la CGT, prevista para el jueves 2 de febrero, se calienta cada vez más. Ayer martes 31, un encuentro informal entre referentes de la central obrera y el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, sólo sirvió para que quedaran en evidencia las diferencias que existen entre las partes, al punto que desde lo dos lados se admitió que la relación «es cada vez más tensa».
Los sindicalistas, según trascendió, transmitieron a los funcionarios su preocupación por lo que consideran un «creciente malestar» entre las bases de trabajadores por los despidos y la pérdida del poder adquisitivo. En ese sentido, los dirigentes cegetistas habrían advertido que ellos no estarían en posición de evitar o posponer el llamamiento a un plan de acción que podría culminar en un paro general. Desde el gobierno se contestó, según las fuentes, que no habrá cambios sustanciales en el rumbo económico adoptado, incluidos los tarifazos anunciados en la fecha y que continuarán a lo largo del año, y que en los cálculos del gobierno, las paritarias deberían arrojar un incremento salarial no mayor al 18% para este año.
En este contexto, la conducción de la CGT recibió en la sede de la calle Azopardo a secretarios generales de gremios industriales, quienes le comunicaron la preocupación por la caída de la actividad, el aumento de las importaciones y las suspensiones y despidos que castigan a este sector. Allí la Unión Obrara Metalúrgica (UOM) adelantó que realizará «una masiva movilización» el próximo 14 de febrero, desde el Ministerio de Trabajo hacia la cartera de Producción, en rechazó a las suspensiones, los despidos y el cierres de fábricas. La UOM también indicó que en la reunión del Consejo Directivo pedirá que se convoque a una marcha de todos los gremios industriales del país.
Por su parte, el secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, afirmó que en febrero «el tema del paro general va a estar en la agenda» de las centrales obreras y le pidió al gremialismo «sacarse la modorra y despertarse de la siesta». En declaraciones a radio Belgrano, Yasky dijo: «Esperamos que en el futuro podamos avanzar con una CTA unificada y una CGT unificada en lo que tendría que ser una suerte de mesa de unidad sindical. Eso sería lo ideal, poder tener una expresión unificada de todos los sectores, porque hace falta que el movimiento sindical se saque la modorra, se despierte de esta siesta, porque la política del Gobierno significa cada vez más despidos y menos salario», resaltó.
En el mismo sentido se manifestó el secretario general de la Federación Obrera Ceramista (Focra), Domingo Moreyra, quien aseguró que ante «la crítica situación de la industria» en general «el movimiento obrero tiene que abandonar la queja» para pasar a «la acción». Moreyra dijo que, en su momento, la CGT «no respondió al veto presidencial a la Ley Antidespidos por cautela», pero «los empresarios avanzaron a partir de un acuerdo con el gobierno».