El dólar subió otros 13 centavos. Al cierre de la jornada se cotizaba en $ 19,34 según el relevamiento que realiza el Banco Central (BCRA) entre las principales entidades financieras. De esa manera, la divisa acumula un alza de 9,9 % en los últimos 30 días. En tanto, el blue se ubicaba en valores todavía superiores cercanos a los $ 19,60.
Su valor de este lunes quedó a 12 centavos del pico experimentado el 28 de diciembre. Ese día el gobierno anunció su decisión de recalibrar la meta de inflación para 2018 y elevarla al 15%.
Los dos hechos están vinculados. La intención del equipo económico al convalidar una mayor inflación es disminuir las altas tasas de interés fijadas por el BCRA, que conspiran contra la recuperación de la actividad que el gobierno, en base a un vendaval de obra pública, logró instalar en la segunda mitad del 2017. El mercado leyó esa situación y entendió que como en otros tiempos de nuestra economía, si los fondos especulativos se vuelcan al dólar, este podría dar un salto y dejar una mayor ganancia que quedarse en bonos. Sobre todo, teniendo en cuenta el sensible retraso cambiario que ya provoca consecuencias en muchos rubros, como el boom importador y el déficit comercial récord.
En ese sentido, este martes será un día clave porque se reunirá el Consejo de Política Monetaria del BCRA, que discute el rumbo a seguir en la materia. Los analistas esperan que en la reunión se resuelva bajar (¿un punto, uno y medio, dos puntos?) la tasa de interés para los pases, que opera como referencia para todo el sistema y que actualmente está en 28,75% anual a 7 días. La disminución de la brecha entre la inflación actual y el nuevo objetivo haría viable esa baja. Si eso ocurre, será más accesible conseguir financiamiento para inversiones productivas y despejar cualquier fantasma de estancamiento de la economía.
Aquí es donde el diablo, o mejor dicho la política, mete la cola. Porque Federico Sturzenegger, presidente del Banco Central, defendió a ultranza el esquema de metas de inflación y dio una dura batalla en el seno del poder antes de resignar su propuesta de 10% para 2018. Si se cambia la meta, perderemos credibilidad, fue su argumento. Es el mismo funcionario que mañana, como presidente del Consejo de Política Monetaria, debería avalar la caída de la tasa, tal como lo reclaman el jefe de Gabinete y los ministros de Hacienda y Finanzas, quienes compartieron el estrado con Sturzenegger para anunciar los cambios. ¿Accederá a esa lógica el titular del BCRA, claro derrotado en la puja de poder, o mantendrá sus convicciones amparado en la supuesta independencia de la entidad monetaria?
La decisión que se adopte mañana tendrá otra secuela la semana que viene, cuando el Central deba enfrentar un vencimiento de Lebacs por casi $ 400 mil millones. Una eventual baja en el interés ofrecido podría causar que muchos de sus tenedores opten por no renovar las letras y pasarse al dólar, lo que ratificaría el camino al alza del billete, con efectos inflacionarios casi asegurados. Si eso ocurriera, la confianza en esa herramienta con que el organismo regulador absorbe el excedente de pesos quedaría herida. Hoy por hoy, las Lebacs en circulación ($ 1,1 billones) son superiores a la base monetaria. Dicho en otras palabras, los U$S 55 mil millones en reservas que tiene el BCRA no alcanzan para rescatarlas. Para ese momento habrá que ver qué posición adoptan los halcones y palomas del numeroso equipo que rodea al presidente Macri. Y también la postura del mercado, que puede marcar el rumbo a seguir.