El gobierno sumó esta semana a su lista de brotes verdes el dato del desempleo que, según el Indec, cerró en 8,7% en el segundo trimestre del año tras caer 0,5 puntos porcentuales respecto del mismo período de 2016.
La noticia fue recibida con bombos y platillos por la administración nacional y por algunos de los analistas que siguen con entusiasmo el rumbo político y económico que encaró la alianza Cambiemos en diciembre de 2015.
Otros espacios le bajaron el tono al optimismo del gobierno y sus partidarios e hicieron hincapié en el empleo como punto crítico del modelo gobernante, por encima de otros aspectos que prefieren destacar en Balcarce 50, como el tipo de cambio, la inflación o el déficit fiscal.
Es el caso del Instituto de Trabajo y Economía (ITE) de la Fundación Germán Abdala, que abordó la cuestión en un trabajo titulado «El cambio llegó al empleo» y encendió la alarma al poner sobre el tapete algunos datos sobre la creación y destrucción de puestos de trabajo.
El trabajo apunta que desde la asunción de Mauricio Macri, los empleos privados registrados destruidos tenían salarios por encima del promedio, mientras que los creados tienen salarios por debajo de la media.
ITE señaló que en el país se destruyó un total de 33 mil puestos en el sector privado registrado. En estos 19 meses el empleo sufrió una caída de 73.251 puestos en las ramas de la economía con salarios superiores al promedio a la par de la creación de 40.277 puestos en las ramas cuyos salarios están por debajo del promedio.
El estudio del ITE toma como referencia un promedio salarial de $ 11.582. El número considera los rubros Agricultura, Ganadería, Caza y Silvicultura, donde la paga mensual es de $ 6749; Pesca, 17.206 pesos; Explotación de minas y canteras, $39.833; Industrias manufactureras, 12.662 pesos; Suministro de gas y agua, $ 25.210; Construcción, 8611 pesos; Comercio y reparaciones, $ 9618; Hoteles y restaurantes, 9005 pesos; Transporte, almacén y comunicación, $ 14.347; Intermediación financiera, 15.128 pesos; Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler, $ 15.128; Enseñanza, 11.221 pesos; Servicios sociales y de salud, $ 14.259; y Servicios comunitarios, sociales y personales, 9128 pesos.
El trabajo del ITE explica que al interior de ambos grupos la dispersión es clara: «El mayor crecimiento de asalariados registrados se produjo en aquellos sectores con salarios entre un 25% y un 10% por debajo de la media», mientras que la mayor destrucción de empleo «se observa en aquellos asalariados que se encuentran hasta un 10% por encima del promedio, vinculado a la industria manufacturera y aquellos con salarios mayores al 25%, asociado con la minería y las actividades inmobiliarias».
El estudio resalta, a partir de esos datos, que la recuperación del empleo privado fue débil pero, además, se modificó su composición, «reemplazando puestos de ingresos altos por empleos de menor remuneración». Los cambios, añadió, tiene nivel macroeconómico, en la medida en que pueden explicar que si bien la actividad repunta ese crecimiento no repercute en el consumo de bienes.
El rumbo decreciente del empleo registrado con salarios superiores a la media es especial en el sector industrial, donde se destruyeron 61.527 puestos en los 19 meses de gobierno macrista. El dato es particularmente alarmante pero como resultado no desentona con la voluntad del gobierno de bajar el costo laboral en sintonía con la agenda de prácticamente todos los sectores del empresariado.
El economista Juan Manuel Telechea, autor del informe del ITE, consideró los datos como expresión del impacto macroeconómico en el nivel de empleo: «La lógica apunta a bajar costos pero no solamente salariales sino también impositivos», dijo. Las políticas del oficialismo, indicó, «golpearon a todos los sectores, particularmente a la industria por medio de la apertura importadora».
Telechea apuntó que la baja del desempleo que informó el Indec «no es estadísticamente positiva» dado que se explica por «el incremento notable de los monotributistas». El tema del empleo, agregó, «en este momento no está en discusión pero es la piedra angular y va a ser el punto más crítico» en los meses que vienen porque «con estas políticas el empleo no hay manera de recuperar lo que se pierde». «
¿Qué pasó con el dato del Indec?
Las consultoras privadas y los gremios debatieron el dato del desempleo proporcionado por el Indec, al que algunos asociaron con los indicadores que muestran un rebote positivo de la economía en los últimos meses, mientras que otros discutieron como efecto del desaliento de la mano de obra.
Economía & Regiones (E&R) se manifestó en ese sentido. El informe semanal de esa consultora apuntó que «la caída de la tasa de actividad y del empleo explican que la baja en el desempleo se debe en mayor medida a un efecto desánimo (desocupados que dejan de buscar empleo) que a la generación de nuevos puestos de trabajo».
E&R destacó como factores importantes de la coyuntura laboral un 14,7% de ocupados que buscan otro empleo y otro 6,2% de ocupados que «no buscan pero están dispuestos a extender las horas trabajadas». La consultora económica Invecq apuntó que «no se puede hablar estrictamente de una reducción de tasa de desempleo en la comparación internanual», sino que «lo más prudente es afirmar que la tasa de desempleo no subió ni bajó, es decir, que se mantuvo estable».
Invecq reconoció que existen «algunos signos de mejora pero débiles» y recomendó «esperar una situación de estabilidad en el corto plazo que solo tomará fuerza si la economía logra mantener una tasa de crecimiento superior al 3% de forma sostenida».
Para la UIA, el empleo manufacturero cayó un 2,7% interanual en junio, con lo cual perdió 33.030 puestos en comparación con el mismo mes del año pasado.