Un estudio realizado por el Observatorio de Políticas Públicas (OPP) de la Universidad de Avellaneda a cargo del economista Santiago Fraschina, indica que sólo tres de cada diez dólares depositados en el Banco Central forman parte de las reservas.
Según el informe, las reservas netas de la autoridad monetaria suman 11.413 millones de dólares de un total de poco más de 40 mil millones de dólares que componen los activos externos del BCRA.
Según establece el especialista, las denominadas reservas netas son aquellas que se originan en «factores genuinos» como las exportaciones de bienes primarios y manufacturados y las que ingresan bajo la forma de inversión extranjera directa (IED).
El resto de los activos externos acumulados en el BCRA surge a partir de la emisión de bonos de la deuda externa nacional y provincial (por 16.400 millones de dólares) o por el ingreso de capitales especulativos y, por lo tanto, constituyen deuda o son pasibles de retirarse en forma abrupta.
Fraschina calculó en 7600 millones de dólares esta última cifra, ingresados a partir de operaciones especulativas permitidas por el usufructo de instrumentos financieros generados por la política supuestamente antiinflacionaria del BCRA. Esto se da especialmente en lo que hace a la toma de posiciones de títulos nominados en pesos (Lebacs) con tasas de interés que durante el año oscilaron entre el 26,75% actual y el 38%de marzo y abril pasados. Entretanto, el dólar se mantuvo clavado entre los 14,8 y 15,5 pesos.
Ese esquema generó una bicicleta financiera con tasas de interés en dólares únicas en el mundo, una ingeniería ideal para los denominados capitales golondrina, que son aquellos que ingresan al país y se retiran tras un período corto de grandes ganancias.
El resto (5200 millones de dólares) se explican por «variaciones en el valor del oro, otras divisas y demás títulos públicos internacionales mantenidos en el BCRA, operaciones de liquidación automática con Brasil, etcétera».
El informe explica que, a fines de septiembre, las reservas del BCRA habían perforado el piso de los 30 mil millones de dólares y que su recuperación hasta los 40 mil millones actuales se explica fundamentalmente por esos factores «no genuinos».
Con todo, existe un debate acerca de la exactitud de los estudios de «neteo» de reservas. «Si el neteo se lleva a fondo, las reservas del Central serían igual a cero», dijo una fuente con conocimiento del sistema financiero. «No hay unanimidad acerca de cuál es el nivel de reservas adecuado para una economía», agregó.
El relevamiento del OPP indicó que durante los 75 días del año en los que se registraron incrementos en las reservas (contra los 135 en los que hubo retracción) las arcas del Central crecieron en 33.206 millones de dólares, de los cuales apenas un 10% (3460 millones) se originaron en incrementos en las exportaciones.
El documento asegura que «los ingresos de divisas por ventas de nuestros productos al exterior perdieron participación sobre el total, mientras que la llegada de dólares golondrina y el endeudamiento estructurado por los Estados provinciales y el Estado nacional pasaron a ser el principal factor explicativo del ingreso de divisas».
Además, señalan que la deuda en moneda extranjera «en diez meses pasó del 12% del PBI a superar el 40 por ciento». Para los especialistas, «de profundizarse esta lógica, se puede empezar a gestar un vector de vulnerabilidad ante variaciones coyunturales en las condiciones financieras internas o movimientos abruptos en los capitales a escala internacional».