–¿Tu desplazamiento es resultado de una persecución gremial o de una discriminación por género?
–Es porque soy muy molesta. Es por mi participación permanente incluso antes de ser delegada. Pero, ahora, por mi función gremial soy más molesta porque me activa de manera colectiva. También es un reactivo al reclamo de derechos y de demostración de una inequidad que hay con relación a las trabajadoras. No es un chimento, estoy cuestionando una estrategia y un método perverso de la empresa y de la dirección de noticias de correrme porque molesto.
–Hace cuatro años el diario Clarín publicó un recuadro en el que, en alusión a tu reivindicación pública a Juana de Arco, te decía: «Silvia, cuidado, que Juana murió quemada». ¿Estás cosechando eso?
–Fue en la semana del Ni Una Menos. El primer mensaje obsceno de una empresa que va comprando voluntades y buscando socavar y debilitar a quien no puede comprar. La persecución gremial está en todas las empresas del grupo. Despidieron a toda la comisión interna de AGEA en 2000, a dos candidatos a delegados del Trece en 2008. Son antisindicales, eso es así. Si sos del palo te favorecen y, si no, te freezan, te desplazan o te cambian de horario. Tanto acoso hace que al final los trabajadores terminen diciendo «me hicieron un favor». Te engañás como una forma de autodefensa, pero terminás resignándote. Es un horrible círculo patológico. Hacen lo mismo con el tema salarial, que lo manejan de manera ilegal. Si sos del palo te aumentan, si no, no. Cuando reclamamos por un trabajador que no tuvo aumento nos llegaron a responder cínicamente «sí que tuvo, fue del 0%». El mensaje hacia mí es «Silvia, no te das cuenta de que te tenés que desvincular».
–¿Tuviste contacto con la empresa luego de la denuncia?
–Nada, silencio de televisión. Sí un mensaje perverso e intimidatorio. Como el de Juana de Arco. Cuando hice la denuncia de que no usaban las imágenes de las mujeres, un gerente me mandó un WhatsApp diciendo «te hiciste famosa en las redes con ese tuit».
–¿Recibiste solidaridad de tus compañeras y compañeros?
–Sí, mucha. Pero con mucho temor y de manera privada. Me dicen que soy muy valiente. Pero no es un problema de valentía tengo la obligación como delegada de marcar cuáles son las opciones para defendernos. Si no, bajamos la cabeza y nos sometemos a la voluntad arbitraria de esta gente.
–¿Cómo ves la política antisindical en prensa?
-Todas las patronales están en eso, y no sólo del gremio de prensa. Las empresas buscan estigmatizar a los delegados.
–En tu papel de luchadora por los derechos de la mujer, ¿qué opinás del reclamo del derecho al aborto?
–Para los trabajadores la prioridad siempre es todo. Cuando hay crisis siempre postergan. Entonces, olvidémonos de la cultura porque no hay presupuesto, y de la salud y de todo. El aborto tiene que seguir en la agenda y tiene que salir la ley. Es mentiroso poner en pausa esto porque la urgencia es lo otro.