Aunque la caída ya no es en picada, todavía no se llegó al fondo del pozo. Esa es la conclusión que se desprende del informe mensual que realizó la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA) sobre la actividad comercial. La entidad, que agrupa a 250 cámaras empresariales bonaerenses, advirtió que el volumen de ventas minoristas en la provincia disminuyó 1,9% en junio de 2017, en comparación con igual período de 2016. En el acumulado semestral la caída es de 3,1%.

“Si bien se observa una cierta desaceleración de la caída en junio respecto a los últimos meses, la base de comparación es muy baja, ya que en junio de 2016 el derrumbe había sido de 7,7%”, explica el estudio. Aunque el ritmo de caída disminuyó, “persisten señales de alerta debido a la escalada del dólar en la primera semana de julio, que podría acelerar nuevamente la inflación y provocar caída del poder adquisitivo”, agrega el texto.

El panorama es malo para casi la mitad de los comercios encuestados. El 49% expresó que las cantidades vendidas se redujeron y el 47% dijo que también disminuyó su rentabilidad, contra un 19% que aumentó su margen comercial y 34% que lo mantuvo. Los rubros que presentaron mayor caída en las ventas fueron textil (3,2%) y bazar y juguetería (2,8%). De los ocho sectores considerados, el único que experimentó una mejoría fue el de la construcción, en el que los volúmenes vendidos crecieron 1%.

En la encuesta realizada por la Federación a todas sus cámaras asociadas, quedó claro que la disminución de las ventas está relacionada con la situación económica de la población. Al menos eso opinaron los encuestados: el 38% dijo que la razón es el menor poder adquisitivo de la población, mientras que el 24% le echó la culpa a la evolución de los precios y el 17% se quejó de la venta callejera.

Aunque con alguna demora, el informe también hizo una evaluación sobre las cantidades vendidas por los supermercados en los 24 partidos del Gran Buenos Aires. Según datos de abril de este año, las cantidades vendidas sufrieron una caída interanual de 3,1%, mientras que en el acumulado de todo el cuatrimestre el retroceso fue de 7,7%. “Se refuerza el cambio en los hábitos de consumo de la población; los supermercados pierden participación frente a los canales tradicionales o pequeños comercios”, dice el estudio. En ese punto, FEBA coincide con varias consultoras especializadas en cuanto al desplazamiento del público hacia otros negocios donde pueden conseguir mejores precios, sea el comercio de barrio o en el otro extremo de la cadena, los grandes mayoristas.