Luego de una extensa reunión con dirigentes sindicales de las tres centrales el mismo ministro de Economía y candidato a presidente Sergio Massa anunció públicamente su decisión de presentar un proyecto de ley para eliminar la cuarta categoría que incluye a los trabajadores asalariados dentro del gravamen del denominado impuesto a las ganancias. Lo hizo en un acto en el que miles de manifestantes se concentraron en la puerta del Palacio de Hacienda.
Pero además, el candidato a presidente, anunció su decisión de generar un decreto de necesidad y urgencia que eleve el mínimo no imponible hasta el valor de $1.770.000 en términos brutos equivalentes a quince salarios mínimo vital y móvil. Por lo tanto, de no aprobarse el proyecto de ley, el decreto actualizará el mínimo de la mano de ese haber mínimo.
De esta forma, aseguró, a partir del 1° de octubre se verán afectados por ese impuesto que llega a gravar hasta el 35% de los ingresos de los trabajadores, apenas 80 mil personas que, adelantó, son gerentes, directores de empresas y jubilados de privilegio.
Según un informe elaborado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), la cuarta categoría de ganancias explica hoy el 3% de los ingresos totales del fisco y llega a los $1.421.157.
Para Sergio Massa, esa merma en la recaudación se verá compensada en parte por el impuesto a la importación de bienes y por la recaudación por IVA que surja del consumo que se derive del incremento de los ingresos de los trabajadores beneficiados.
El mismo informe elaborado por el CEPA indica que, mientras en la actualidad se ven afectados 922 mil trabajadores que representan el 9,5% de los asalariados registrados, a partir de la publicación del decreto ese porcentaje caerá hasta el 0,9%. El impuesto llegó a gravar a un 29,5% de los trabajadores asalariados tanto en 2020 como en 2013.
Luego del anuncio Héctor Daer, secretario general de la CGT manifestó su beneplácito y salió al cruce de posibles críticas: “no es una especulación electoral, siempre fue eje de su mirada política. Este concepto de que los trabajadores no deben pagar este impuesto lo sostiene desde hace diez años. Tiene un efecto muy grande sobre los ingresos de los trabajadores”.
A la hora de anunciarlo en un palco montado en la puerta del ministerio de Economía, Massa recordó que “en 2015 un candidato a presidente les prometió que ningún trabajador pagaría el impuesto a las ganancias y, sin embargo, cuatro años después llegaron al doble los que pagaron ganancias”.
Massa ratificó que “el salario no es ganancia, es remuneración. Era vergonzoso que, en un país donde promovemos el trabajo, los trabajadores paguen impuesto a las ganancias”.
Además señaló que “lo que queremos es marcar el sendero claro de que mi presidencia va a estar marcada por la recuperación del salario y el ingreso en la Argentina. No nos quedamos ahí. Porque creemos que cuando uno tiene una convicción, tiene que predicar con el ejemplo”.
Por eso, anunció, “hemos tomado la decisión por decreto de impulsar desde el 1 de octubre un mínimo no imponible de $1.770.000. Para que se entienda bien. En la Argentina solo van a quedar 80 mil gerentes, directores de empresa y jubilados de privilegio pagando el impuesto a las ganancias”.