Una familia tipo necesitó $ 15.024 en julio para no quedar bajo la línea de pobreza. Ese fue el cálculo que realizó el Indec, que actualizó este martes el valor de la canasta básica total (CBT) que cubre las necesidades de los consumidores. Su valor creció un 1,44% con relación al mes anterior.

De la misma manera, la línea de indigencia quedó fijada en $ 6.132. Ese es el costo de la canasta básica alimentaria (CBA) que abarca los productos imprescindibles para satisfacer los estándares mínimos de nutrición. El precio del conjunto de esos artículos también creció 1,44% mensual, algo menos que la inflación calculada por el Indec para el área metropolitana, que también incluye otros rubros, como gastos de recreación, esparcimiento y hotelería, ausentes de esas dos canastas.

En la metodología de trabajo que adoptó el Indec, la cesta básica de consumos para toda la familia surge de una tabla que computa las necesidades proteicas y calóricas de cada persona en comparación con las de un varón adulto de entre 30 y 60 años de actividad moderada. Por eso el valor fluctúa de acuerdo a la cantidad de integrantes de cada grupo, del sexo y de la edad de sus componentes. El ejemplo típico que brinda el organismo se refiere a un matrimonio joven con dos hijos pequeños. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el gobierno porteño había calculado ese umbral en $ 15.462, una cifra levemente superior a la del ente nacional.

Las remuneraciones que perciben los trabajadores siguen marcando un fuerte contraste con estos números. Muchos de los salarios básicos de convenio están por debajo de la línea de pobreza. El salario mínimo, vital y móvil está fijado en $ 8.860, sujeto a descuentos jubilatorios. Aunque sería necesario subirlo un 70% para alcanzar el valor de la CBT, ya está resuelto que en enero, cuando se realice su próxima actualización, apenas alcance los $ 9.500 brutos. En materia previsional, el gobierno anunció que desde septiembre, por aplicación de la ley de movilidad, el piso de las jubilaciones se elevará a $ 7.246. Todas esas cifras, como se aprecia, están muy lejos de las necesidades de consumo de la población.