En octubre el consumo en supermercados había sufrido un retroceso interanual del 1,6%. Durante ese mes la economía, según el EMAE del INDEC, había crecido un 4,5% con relación al mismo mes del año anterior. En noviembre, sin embargo, la ecuación se invirtió en la medida en que el rumbo más general de la economía se desaceleró hasta un 2,6% interanual pero el consumo en supermercado revirtió su caída con una suba del 2,5%.
Más aún creció el consumo interanual en los shoppings que, en noviembre, registraron ventas por $68.708 millones que implican una mejora en términos reales del 7,2%. La suba, sin embargo, refleja una sensible desaceleración con relación a los meses anteriores ya que en octubre las ventas habían crecido un 8,2% en octubre, un 13,1%, en septiembre, un 15,7% en agosto y un 46,7% en julio. En mayo el crecimiento había superado el 280%.
Los datos surgen de la encuesta de supermercados y de centros de compras que publicó hoy el INDEC que, al mismo tiempo, dio a conocer la evolución de las ventas en los centros mayoristas.
Es allí donde se ponen de manifiesto las tendencias más generales a la desaceleración de la economía en la medida en que registraron un retroceso del 2,1% en términos interanuales consolidando una tendencia que ya acumula cuatro meses consecutivos de retroceso.
Salarios a la baja y fuerte concentración
El informe de supermercados, además, muestra la evolución de los costos laborales así como la estructura empresaria del sector.
De allí surge una fuerte concentración económica. Apenas ocho empresas que cuentan con salones de ventas superiores a los 100 mil metros cuadrados, explican el 85% de las ventas totales que, además, crecieron en términos corrientes un 100,5% con relación al mismo mes del año anterior. En el mismo período los precios lo hicieron un 92,4%.
Los salarios de los trabajadores que no ocupan cargos jerárquicos (cajeros, administrativos y repositores) y que representan el 88,4% de la fuerza laboral, se incrementaron apenas un 75,7%, 16,7 puntos por detrás de los precios. A la vez, los puestos de trabajo crecieron sólo un 0,8%.
Estos datos dan cuenta de un incremento de las ganancias empresarias sobre la base de una suba excepcional de la productividad laboral también conocida como tasa de explotación.
Lo mismo ocurrió en los autoservicios mayoristas que, si bien incrementaron sus dotaciones en un 2,6%, lo hicieron sobre la base de actualizar los salarios en apenas un 79,5%, trece puntos por detrás de la inflación.
El retroceso de los salarios es lo que, en general, explica la caída del consumo en los supermercados y los comercios mayoristas aunque, en menor medida, en los shoppings a los que acceden los segmentos que ocupan los escalones más altos de la pirámide de ingresos.