La brecha entre ricos y pobres se estiró más en 2016 que en los 12 años anteriores. Este dato es el central de un informe realizado por Centro de Economía Política (CEPA) y por el Índice de Economía Popular (INDEP), basado en números publicados recientemente por el INDEC. La verdadera grieta es la diferencia que hay entre quienes más y menos tienen. Luego de 12 años de reducción, hoy esa grieta vuelve a crecer. Hay distintas maneras de medir estos valores: por individuo, por hogar, por ingresos per cápita familiar o por el coeficiente Gini. El resultado conceptual es el mismo: más para quienes tienen mucho y menos para quienes tienen poco.
El informe Desigualdad, Un cambio con ganadores y perdedores explica que con la caída del poder adquisitivo de los sectores medios y bajos -producto de la inflación, de las paritarias a la baja, de los despidos y de los tarifazos, entre otros factores-, sumada a la transferencia de recursos hacia los sectores concentrados quita de retenciones al agro y a la minería, quita de impuestos a los bienes personales- dieron como resultado que se estire mucho la brecha entre ricos y pobres. El presidente de CEPA Hernán Letcher contó a Tiempo que los números sorprenden porque de alguna manera agota la discusión sobre pobreza. Cuando se habla de Pobreza Cero no se contempla la desigualdad, que es en definitiva el factor principal, y los números que dio el propio INDEC son muy elocuentes. Para el concejal del FpV, con las políticas económicas de Cambiemos el 1% más rico probablemente se haya llevado todo ese dinero. Y no pierden solamente los más pobres, sino todo el resto. Estrictamente, todos los sectores transfirieron recursos al 1% más rico. La quita de retenciones benefició sólo a ese sector y el Estado compensó ese dinero que dejó de entrarle con la quita de subsidios a las tarifas, que las pagamos todos. El movimiento es muy claro.
En el caso por individuo, la brecha entre los que más tienen y los que menos tienen había caído de 2003 a 2015 de 33 veces (el ingreso medio más rico es 33 veces mayor al ingreso medio más pobre) a 18.7 veces. En 2016, ese número ascendió a 23.2. En el período 2008-2009, el número había crecido en 3 puntos, siendo el momento más crítico en 12 años. En el primer año de Cambiemos, esa cifra creció en casi 5 puntos.
Cuando se evalúa por hogar, el salto fue de 12.3 a 13.8. Si se tiene en cuenta el ingreso per cápita familiar, el número pasó de 16.3 a 19. El coeficiente Gini (utilizado a nivel mundial) es un número entre 0 y 1, en donde 0 representa la perfecta igualdad y 1 implica la perfecta desigualdad. Entre 2015 y 2016, a escala individual, pasó 0.3856 a 0.4168; por ingresos medios de hogares, creció de 0.3650 a 0.3822, mientras que a nivel per cápita familiar, saltó de 0.4005 a 0.4174.
La desigualdad es una de las problemáticas más profundas que hay en Argentina (y en América Latina) a nivel histórico. Las políticas neoliberales de los 90 y la crisis de 2001 había estirado esa brecha a valores muy altos que se redujeron continuamente entre 2003 y 2015, hasta llegar a valores relativamente bajos. En 2016, el crecimiento fue el mayor desde principios de la década pasada y la verdadera grieta vuelve a extenderse.