Este miércoles, en los principales despachos del Banco Central, arrancarán con satisfacción la hoja del almanaque correspondiente a agosto. En esa entidad creen que el cambio de mes también traerá aparejado el descenso a un escalón mucho más bajo de los pagos por importaciones de energía, que significaron una fuerte sangría para las reservas de la entidad.
Los embarques de gas natural licuado que el gobierno debió contratar para cubrir el déficit energético significaron en julio una salida de divisas por U$S 2.408 millones, según el balance cambiario presentado por el BCRA la semana pasada. Ese monto representó el 37% del total de las importaciones de bienes, triplicando el monto abonado en el mismo mes de 2021. Para ponerlo en proporciones, la salida por ese concepto fue mucho mayor que lo abonado al FMI (U$S 1.961 millones en julio).
La consultora Abeceb, basándose en el informe de intercambio comercial elaborado por el Indec, concluyó que las importaciones del rubro de Combustibles y lubricantes (en el que se engloban esas compras) subieron 217,7% interanual. En ese monto influye tanto el alza en los precios pagados (111,3%) como también las mayores cantidades adquiridas (50,8%).
Por cierto que la energía no fue el único motivo por el cual el Banco Central debió desprenderse de divisas. Según su balance, a pesar del cepo cambiario, las personas humanas también demandaron U$S 688 millones, de los cuales U$S 394 millones fueron para cubrir consumos con tarjetas de crédito y U$S 256 millones para atesoramiento. Las compras reales de bienes alcanzaron en el mismo período los U$S 2.903 millones.
De todas maneras, el menor rigor climático en el inicio del mes de la primavera hace prever una menor necesidad de gas para calefacción y por lo tanto menores compras al exterior. “En las últimas semanas el goteo diario de dólares se fue apagando por efecto de condiciones de clima más favorables. Es esperable que la mejora se profundice hasta virtualmente apagarse. De hecho, el buque regasificador amarrado en Bahía Blanca ya partió hasta otros destinos. No volverá en 2022”, graficó un informe de la Consultora Sarandí.
Esta situación permitió que el Banco Central enhebrara una racha de 14 rondas consecutivas con resultado positiva en el Mercado Único Libre de Cambios. Claro que las cantidades fueron mínimas. El lunes el saldo fue de U$S 11 millones y el último martes de apenas un millón de dólares. Por eso el respiro no significa todavía un cambio de tendencia y mucho menos la acumulación de dólares que el gobierno quiere lograr para despejar la necesidad de una devaluación.
Como si fuera poco, la devaluación del yuan (que en los últimos días perdió casi 1% de su valor contra el dólar) impactó en las reservas internacionales, formadas en gran parte por esa moneda china. Eso también provocó que el monto de las reservas tocara esta semana los niveles más bajos de los últimos años. De acuerdo al informe preliminar, el martes terminaron en U$S 36.845 millones.