Los argentinos ya están duchos en los procesos inflacionarios. La aparición de billetes de alto valor no es una novedad, pero hace muchos años que no se daba una seguidilla de lanzamientos como con el actual gobierno. El Banco Central dio luz verde al lanzamiento en octubre del billete de mayor valor hasta el momento, 1000 pesos.
A pesar que el presidente del Central, Federico Sturzenegger, insista en que la inflación del año no pasará el 17%, la necesidad de papeles de mayor valor que la institución que él mismo dirige, parece desmentirlo con suficiente fuerza.
Continuando con la imposición de animalitos, el gorrión será el protagonista del nuevo papel, esta vez con una paleta cálida dominada por el naranja y el amarillo. Hasta el momento el billete de 100 es el más utilizado por la menor circulación de los nuevos de 200 y 500, que presentan a una ballena franca y un yaguareté respectivamente. Para fin de año se espera que el giro radical de la estética disney de la moneda nacional impuesto por Mauricio Macri, que transforma a próceres y políticos de trascendencia por ejemplares del reino animal, avance significativamente con los nuevos diseños de los billetes de 20, 50 y 100.
El billete de 100 que originalmente ostentaba la estampa de Julio Argentino Roca había mutado durante el gobierno anterior a Evita y a fin de este año lucirá a la cornuda taruca o huemul del norte. Mientras que para la misma época se espera que Domingo Faustino Sarmiento, padre del de 50, sea reemplazado por el cóndor, inmenso carroñero. Juan Manuel de Rosas por su parte transmutará en un guanaco.