El gobierno confía en que su estrategia para contener la inflación le dará rédito en los próximos meses y cree que podrá lograr que los precios se ajusten a su expectativa anual del 29 por ciento. Pero los indicadores de la carestía le plantean un panorama cuesta arriba.
Desde puntos de vista distantes y cercanos a Balcarce 50, los pronósticos coinciden en que la dinámica seguirá alcista en los próximos meses, entre el 3 y el 4 por ciento.
El promedio está lejos del 1,9% que debería marcar el Índice de Precios al Consumidor desde marzo en adelante para mantenerse debajo del techo que contempla la administración nacional.
En febrero, los precios subieron un 3,6% y acumularon el 7,8% en el primer bimestre, según el informe mensual del Indec. Los rubros más inflacionarios fueron «Restaurantes y Hoteles» (5,4%); «Transporte» (4,8%); y «Alimentos y Bebidas» (3,8%).
En la previa, fuentes privadas como Orlando Ferreres y Asociados midieron una inflación del 3,3% promedio con picos del 7,9% en «Transporte y comunicaciones»; 4,1% en «Indumentaria»; y 3% en «Alimentos y Bebidas». El Índice Estadístico de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana (Umet) midió 3,7%. Esta fuente destacó al rubro «Alimentos y Bebidas», que subió un 4,6 por ciento. Y, en particular, a las frutas y verduras, que aumentaron 7,3% y 9,4% respectivamente.
Si bien algunas mediciones destacaron que se apreció una desaceleración leve desde diciembre, en los primeros días de marzo hubo análisis que dieron cuenta de fuertes incrementos que encienden luces rojas para el resto del tercer mes de 2021.
Un caso es el de la consultora LCG, que midió un aumento de los precios minoristas de comestibles y bebidas del 1% en la primera semana del mes. El subrubro más alcista fue «Productos de Panificación, Cereales y Pastas», con un 1,6 por ciento. Pero en la segunda semana de marzo, la misma fuente midió un aumento del 0,9% en productos alimenticios y bebibles, con lo que acumuló un salto del 3,4% en cuatro semanas, desde la segunda semana de febrero.
En esa línea, EcoGo confió a Tiempo que su relevamiento al 12 de marzo proyectado a fin de mes daba un 3,9% «incluyendo la suba de combustibles anunciada» en las últimas horas.
Su directora Ejecutiva, Marina Dal Pogetto, aclaró que la consideración es todavía «prematura» pero hay, además de los alimentos y los combustibles, factores que incidirán como el costo de la logística, que en febrero aumentó un 6,3%, según datos de la federación empresaria Fadeeac.
A la espera de resultados
Así las cosas, las señales que intenta dar el gobierno para detener el aumento de los precios minoristas siguen a la espera de resultados.
La estrategia del gabinete económico es mantener estable el tipo de cambio por un lado y negociar consensos en mesas de diálogo con sectores estratégicos, como la alimentación o la construcción, a fin de evitar subas de precios motivadas por expectativas particulares u otras razones. Otro objetivo es asegurar que los gremios moderen las expectativas de aumentos de salarios.
En las mesas recientes el Ejecutivo pidió explicaciones a las empresas por incrementos que no pudieron esclarecer. Semanas atrás, intimó a las alimenticias por desabastecimiento y el jueves pasado repitió la medida con fabricantes de insumos para la construcción que demoraron la entrega de información sobre costos.
A pesar de los cruces con las compañías, el gobierno se aferra a su estrategia del consenso y destaca avances. El jueves, después de la reunión semanal del gabinete económico, el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, declaró superada la etapa de las negociaciones con las cadenas y el inicio de las entrevistas con actores puntuales de las cadenas. «La inflación proyectada en el presupuesto (del 29%) es cumplible», remarcó.
El gobierno prepara también una mesa con la cadena de valor de los artículos electrónicos. Pero a varias semanas de su anuncio sigue esperando un lugar en la agenda. «