El gobierno de San Luis expropió la fábrica de cerámicos San Lorenzo para que sea gestionada por sus trabajadores como una cooperativa y se llamará cerámica San Luis. La planta fue cerrada en enero por la empresa y estuvo parado por cinco meses con los 133 trabajadores en la calle.
Si San Luis hizo el sacrificio y le dio beneficios a algunas empresas, es lógico que se use ese beneficio para el progreso social de la provincia, para crear fuentes de trabajo, entonces para eso se hace. Y por eso, por cualquier causa cuando la empresa abandona, nosotros no abandonamos, dijo el gobernador, Alberto Rodríguez Saá.
El gobierno de San Luis, principal acreedor de la empresa, tomó la decisión de expropiarla para preservar los puestos de trabajo: Es un suceso histórico en San Luis, donde el movimiento obrero, apoyado por el Gobierno provincial desde su lucha contra el desempleo y la pobreza, hoy tiene el privilegio de recuperar sus fuentes de trabajo, sostuvo Juan Carlos Vega, secretario general del Sindicato de Ceramistas, en diálogo con la Agencia de Noticias de San Luis.
El dirigente cargó contra el gobierno nacional, al que calificó de neoliberal ya que está llevando todos los días a perder empleos a través de la apertura indiscriminada de las importaciones y esta es la forma de darle respuesta a las medidas nacionales.
Los trabajadores buscarán ponerla en funcionamiento en 60 días. Antes de ese plazo, evaluarán las necesidades técnicas y de insumos para entrar en funcionamiento, con un aporte que les hará el Gobierno provincial. También, hasta que la fábrica empiece su proceso de ventas, la Provincia les adelantará un salario mínimo, vital y móvil.
Al cabo de un año, si todo salió bien y la cooperativa logró la viabilidad económica y financiera de la planta, la fábrica pasará a ser de los trabajadores, explicó Alberto.