La salida de Roberto Feletti de la Secretaría de Comercio Interior y la llegada de Guillermo Hang es vista por el empresariado como un avance del ministro de Economía, Martín Guzmán. Este último ya había logrado que esa dependencia se integrara al organigrama de su cartera. Ahora pasará a ser el interlocutor de los hombres de negocios ya no en sus planes a largo plazo para el desarrollo del país (tema que ya venían tratando en encuentros reservados, en muchos de los cuales participó también el presidente Alberto Fernández), sino en el día a día de la fijación de precios, producción y abastecimiento al mercado interno.
Con un perfil mucho más técnico y larga carrera en los pasillos del Palacio de Hacienda, Hang (no casualmente egresado de la Universidad de La Plata por donde también pasó Guzmán) es hombre de confianza del ministro y tiene un perfil mucho más bajo que su antecesor. “Estoy preocupado como todos. Vamos a seguir trabajando en la línea que venimos trabajando”, fue lo único que se le escuchó decir al llegar al acto en el que el presidente Alberto Fernández anunció un nuevo régimen de acceso a las divisas para empresas del sector de hidrocarburos. Esa fue su primera aparición pública desde que fue designado en el cargo.
El alejamiento de Feletti, que venía cosechando un traspié tras otro en su intento de mantener la inflación bajo control, tuvo como detonante los diferentes puntos de vista sobre los derechos de exportación. En su carta de renuncia, dijo que “la situación actual exige el desarrollo de nuevos instrumentos, principalmente en relación con la necesidad de desacoplar el precio de los alimentos a nivel mundial de aquel que pagamos las argentinas y los argentinos”, en un inequívoco reclamo por subir las retenciones. El aumento viene siendo pedido casi a diario por el kirchnerismo hard, que incluso desempolvó las facultades que la Constitución le otorga al Presidente para disponerlo sin tener que pasar por el Congreso.
Sin embargo, ante cada micrófono que se le cruza, Guzmán niega de plano la posibilidad de nuevos incrementos. Más aún, insiste en la importancia de que la economía genere divisas para evitar trabas en el crecimiento. En esa línea de razonamiento, y aunque acepta que algunas empresas están obteniendo una “renta inesperada” gracias al alza de los commodities por la guerra en Ucrania (de hecho, anunció un tributo sobre ese diferencial del que luego no hubo novedades), difícilmente el ministro convalide nuevos tributos a la exportación.
Las retenciones aportan mucho dinero al Estado: nueve de cada 100 pesos que recaudó el fisco en 2021 vinieron por esa vía. Pero sobre todo se volvieron un tema político, que marca la manera en que el gobierno se relaciona con los sectores que generan divisas y viceversa. En ese sentido, los resquemores están a la orden del día. Gustavo Idígoras, titular de CEC y Ciara, las cámaras que agrupan a los agroexportadores, dijo que “la suba de retenciones ahora queda mucho más lejos de suceder porque Guzmán no comparte esa idea, dado que sabe que eso no bajará la inflación”. Pero el presidente de Coninagro y miembro de la Mesa de Enlace, Carlos Iannizzotto, se despachó en sus redes sociales contra Feletti, las retenciones y el gobierno: “Los productores ya no toleramos ideas confiscatorias y medidas fiscalistas. ¿Hasta cuándo tanta impericia y necedad? Desde Coninagro los invitamos a recorrer un campo, a palpar nuestras economías regionales y a codearse con los productores”. Más diplomático pero no menos contundente, el titular de la Unión Industrial Argentina, Daniel Funes de Rioja, atacó ese impuesto por los flancos: pidió “atacar las causas” de la inflación y abogó por acuerdos políticos y parlamentarios “que permitan estabilidad económica”.
Una idea de cómo se puede encauzar de ahora en más la relación entre el gobierno y los productores de alimentos se tendrá a partir del 7 de junio, cuando se realice la revisión del programa Precios Cuidados, que vence un mes después, y su proyección hacia adelante. Las alimenticias se venían quejando de que la pauta de actualización que admitía Feletti los dejaba muy retrasados con relación a la inflación. Quizás como reflejo de esa situación, en los supermercados se estaban viendo muchas góndolas vacías. En las reuniones sobre el tema se verá cuál es la posición de Hang al respecto. Y la de Guzmán.